Por cuarto año consecutivo, la parroquia de Rubiáns ha vuelto a reunir sus camelias más espectaculares, coloridas y vistosas para compartirlas con el público. Desde ayer y hasta mañana por la noche está abierta la cuarta exposición de la Camelia, que se complementa con visitas guiadas a algunas de las propiedades más emblemáticas, históricamente ligadas al cultivo de esta flor.

La Finca de Fontán abrió ayer sus puertas para que los amantes de estas plantas, o también los interesados por la historia local, pudiesen conocer una finca en la que el cultivo de distintas variedades de camelias se remonta atrás en el tiempo. Hoy, a las 16.30, le toca el turno al Pazo de Rubiáns, donde las primeras camelias fueron plantadas en 1850.

Desde Portugal llegaron a Rubiáns, gracias a un regalo de los duques de Caminha a la familia de García Caamaño, que ostentaba el marquesado de Rubiáns. Fue solo la primera semilla de unos jardines que en la segunda mitad del XIX tocó la mano del francés Martín Dorgambide, que planificó la vegetación de toda la parcela.

La época de oro de las camelias llegó en 1930, cuando la marquesa viuda de Aranda, Dolores de Urcola, centra su tiempo en diseñar una zona verde que incluye una parte de traza laberíntica. Su atención se centra en las camelias, y los ejemplares que crió en la vilagarciana parcela obtuvieron la Camelia de Oro y la de Plata en diversos certámenes del Concurso Exposición Internacional de la Camelia.

El tiempo ha pasado, pero los camelios siguen presidiendo un buen número de hogares en Rubiáns, y el cultivo de estas flores es una práctica muy extendida. Sus secretos se explican hoy, a las 12.30 horas, en una charla en el centro sociocultural.