En las próximas semanas y meses muchos arousanos se implicarán de lleno en las labores de poda, en la eliminación de plantas enfermas y en todo tipo de tratamientos preventivos y operaciones reparadoras para proteger y dar mayor vigor a las plantas, tanto si son cepas como frutales.

Ahora que con el frío se reduce el ritmo de fluído de la savia, y cuando las precipitaciones casi constantes garantizan el éxito de las repoblaciones es momento de preparar la huerta para que la próxima cosecha resulte, cuando menos, tan importante como la última.

Y este tipo de acciones, como todas las que se llevan a cabo en las plantaciones frutales y los viñedos, requieren destreza y mimo, de ahí la conveniencia de respetar una serie de consejos y/o recomendaciones.

Los ofrecen, por ejemplo, desde la Estación Fitopatológica de Areeiro (EFA), un órgano dependiente de la Diputación de Pontevedra en el que realizan un estrecho y constante seguimiento de las plantas, los terrenos, la meteorología, las plagas y enfermedades.

A modo de ejemplo, en la EFA indican que las enfermedades de la madera que afectan a la viña son una combinación de hongos que cada vez afectan en mayor medida a las plantaciones. Se trata de "patógenos que penetran a través de heridas de poda, por lo que la prevención es fundamental".

Desinfectar las tijeras

Quiere esto decir que cuando se practican las podas, por otra parte tan necesarias, hay que extremar los cuidados, pues simplemente con el uso de unas tijeras equivocadas o manchadas por una planta enferma es posible transmitir la enfermedad a todas las demás.

De ahí que en la EFA recalquen que, aún tratándose de "una práctica engorrosa", resulta "imprescindible" efectuar una correcta desinfección de las tijeras de poda, incluso utilizando lejía, agua oxigenada o alcohol de quemar, "para evitar así la dispersión de estas patologías".

Del mismo modo, en la EFA plantean una serie de recomendaciones añadidas, como por ejemplo "podar en tiempo seco y, a ser posible, sin previsión de lluvias".

Al igual que se propone "evitar cortes gruesos de poda y proteger las heridas con mastic cicatrizante con fungicidas", o lo que es lo mismo, una pasta especial para este tipo de operaciones que actúa como si se tratara de un producto farmacéutico antiséptico y coagulante aplicado a las heridas de un persona para evitar que sangren o se infecten.

Igual de importante es realizar lo que se denomina cortes limpios, o lo que es lo mismo, realizar podas en las que se eviten desgarros en las plantas, completándose esta operación con la eliminación de las ramas muertas y todos los restos generados por la propia poda.

Además de todo esto, los más previsores, y aquellos que durante la pasada campaña productora del viñedo atendieran las recomendaciones realizadas con frecuencia, habrán marcado las plantas enfermas o con síntomas que puedan resultar preocupantes. Esas plantas marcadas deben dejarse para el final de la poda, empezando siempre por podar primero las sanas.

En la EFA inciden en ello, recalcando que es preciso dejar las cepas enfermas para cortarlas o podarlas lo más tarde posible, "extremando al máximo las precauciones y destruyendo después todo el material leñoso afectado".