Los establecimientos hosteleros de Vilagarcía podrán disponer en breve de terrazas que garanticen el confort de los clientes, la comodidad en el día a día de los propietarios y la habitabilidad y el libre tránsito de los viandantes. Tras más de un año de desacuerdos y negociaciones, el Ayuntamiento está a punto de dar luz verde a la nueva ordenanza que regula la instalación de mobiliario en las calles. Los técnicos municipales revisan las propuestas del sector, que confía en que los Reyes Magos puedan reponer fuerzas estas Navidades tomándose un chocolate al abrigo de sus mamparas.

"Estoy convencido de que finalmente, en conjunto, todos saldremos bien parados, y de que además también ganará la ciudad, que quedará más bonita y habitable". Así se expresa el presidente de la Asociación de Hostelería e Iniciativas Turísticas de Vilagarcía, (Ahituvi), Roberto Gerpe, que confía en la "buena disposición" del actual gobierno local para sacar adelante una normativa que tenga en cuenta las necesidades del sector.

La semana pasada representantes de la hostelería vilagarciana mantuvieron una reunión con el Concello para abordar las propuestas que los propietarios de bares y restaurantes de la ciudad ya han hecho llegar al consistorio. Y aunque el personal municipal revisa cada uno de los proyectos individuales, se espera que en diciembre se produzca un nuevo y definitivo encuentro.

La instalación de mamparas que resguarden a los clientes y les protejan de la lluvia y el viento, sobre todo durante el invierno, era el principal caballo de batalla de los hosteleros. Y si todo marcha según lo previsto, en breve los bares y restaurantes del municipio podrán disponer de estos elementos, importantes para garantizar la independencia entre la actividad del día a día y las previsiones meteorológicas.

Los cambios propuestos por la hostelería vilagarciana, y que en principio el Ayuntamiento ha recibido con buenos ojos, incluyen también la posibilidad de que los locales instalen mesas altas en paralelo y pegadas a sus fachadas. Algo que incrementaría las posibilidades de rentabilizar la superficie de vía pública de la que cada local dispone en función de sus medidas.

La necesidad de sacar todo el jugo al espacio que se les brinda era otra de las grandes preocupaciones de los hosteleros, que en los últimos años han sufrido los afectos de la crisis, los de dos cambios legislativos relacionados con el consumo de tabaco y, a nivel local, los de la renovación de mobiliario forzado por la anterior ordenanza de terrazas.

El sector ha planteado la posibilidad de reducir la unidad de medida de los veladores, que si todo sale según lo previsto pasará de ser de un mínimo de 2x2 a situarse en 1,50x1,50. Así, los hosteleros podrán instalar mesas más pequeñas y, por tanto, más numerosas.

Otro de los cambios propuestos se centra en conseguir ampliar las ventajas hasta ahora vinculadas al período estival. Los hosteleros quieren que las restricciones horarias que obligan a retirar el mobiliario de las terrazas de la calle por la noche se minimicen. Así, esperan que el gobierno local dé su visto bueno a su petición de ampliar las condiciones del período estival, más laxo a este respecto, y extenderlas desde la primavera hasta el mes de octubre.

Salvo sorpresas de última hora o pequeños detalles que requieran modificaciones puntuales, los contactos mantenidos hasta este momento permiten garantizar que las peticiones del sector llegarán a buen puerto. Es lo que cree el presidente de Ahituvi, en vista de las reuniones mantenidas en los últimos meses con el alcalde y demás personal municipal.

La modificación de la ordenanza de terrazas aprobada por el anterior ejecutivo local figuraba entre las promesas con las que Tomás Fole concurrió a las elecciones del mes de mayo. El compromiso del conservador pasa por garantizar la habitabilidad y la buena imagen de la ciudad que perseguía el anterior texto, pero limando asperezas e introduciendo mejoras que beneficiasen a los hosteleros, que dieron la batalla contra la anterior normativa.

En los últimos meses numerosos ciudadanos protestaron por la excesiva ocupación que algunos hosteleros hacían de la vía pública, obstaculizando el paso de los viandantes e, incluso, el acceso a algunos portales. Situación a la que el Ayuntamiento quiere poner coto. La filosofía de la regulación pasa también por unificar la imagen del casco urbano, fijando criterios uniformes en lo que se refiere al diseño del mobiliario que emplean los bares. En este sentido, la mayor parte de los bares ya adquirieron hace meses muebles nuevos, pues este punto ya figuraba en la ordenanza impulsada por la anterior Concejalía de Turismo.