El pesquero Platuxa, que la asociación Amigos da Dorna de Portonovo había cedido al Concello de O Grove para que lo expusiera en el Centro de Interpretación de la Pesca y la Salazón (CIPES) de Punta Moreiras, ya ocupa su lugar de privilegio, convirtiéndose en una especie de monumento y homenaje permanente a la tradición marinera y pescadora de la localidad meca.

Para acabar con la acción del agua que se había introducido en el casco y la podredumbre que empezaba a apoderarse de él, el Concello desplegó ayer un complejo operativo de rescate con el que sacar la nave del mar, al que ya no volverá.

"Es como si trasladáramos 18 toneladas de cultura marítima tradicional y de patrimonio", esgrimía el concejal conservador Alexandre Aguín, responsable del área de Documentación y encargado de coordinar ayer las maniobras que, a la postre, sacaron al Platuxa del agua para colocarlo a las puertas del CIPES como elemento ornamental.

Este dispositivo estaba programado desde hacía tiempo, y se decidió llevar a cabo este traslado ayer para aprovechar la importante pleamar, con cuatro metros sobre la cota cero.

La existencia de una marea tan alta facilitaba de forma considerable los trabajos para izar al barco en el pequeño embarcadero situado frente al CIPES, y lo mejor de todo, como destaca Alexandre Aguín, es que las adversidades meteorológicas de días previos desaparecieron ayer por la tarde y dieron paso a unas inmejorables condiciones para el traslado del barco pesquero.

Una vez depositado en su "pedestal" se comprobó que el exterior del casco está visiblemente deteriorado. Va a ser sometido a un proceso de limpieza y leve restauración para que pueda lucir en todo su esplendor.