Los parquistas carrilexos con concesiones en la zona de más profundidad de la playa de Compostela esperan una llamada del alcalde, Tomás Fole, para conocer su postura sobre las polémicas varas delimitadoras de sus viveros. Sostienen que no existe una alternativa plausible que sustituya este método y, además, argumentan que a los turistas no les molesta en absoluto.

Según el patrón mayor de la Cofradía Santiago Apóstol de Carril, Fernando Franco, "a los turistas le llaman la atención los palos de los viveros, pero no les estorban". "La gente de fuera dice que habría que saber explotar mejor el atractivo turístico" de la actividad marisquera, añade Franco, que también recuerda que desde hace tres años las mariscadoras ofrecen visitas guiadas para dar a conocer su actividad.

Por otra parte, los parquistas desmienten la mala fama impuesta, entienden que interesadamente, de que estas concesiones fueron otorgadas a personas involucradas en asuntos de narcotráfico. Es más, recuerdan que estos parques corresponden a una reordenación que tuvo lugar a raíz de la construcción del paseo marítimo de Carril-Vilagarcía, hace casi 15 años.

En aquel entonces, los poseedores de una concesión en la zona más pegada a la playa la perdieron, aceptando un nuevo parque en un lugar más profundo. Precisamente esa profundidad es la que les obligó a colocar estacas de gran tamaño que señalizasen las parcelas del modo en que se presentan ahora.

Fernando Franco sostiene que "mientras no haya una solución mejor, que hoy por hoy no la hay, los palos están bien". También admite que todavía no han recibido, ni la Cofradía carrilexa ni los parquistas, una comunicación de Fole para tratar el tema.

Promesa de campaña

Durante la campaña electoral, el actual alcalde, entonces candidato del Partido Popular, aseguró que buscaría una fórmula consensuada con las mariscadoras y los concesionarios de viveros de A Compostela para tratar de compatibilizar su actividad con la de la dinamización turística que plantea abordar en torno al paseo marítimo de Carril.

Fole no dio detalles de cuál sería la propuesta que les plantearía a los profesionales del mar, de ahí su inquietud tras casi tres meses desde el inicio de su gobierno, y solo aclaró que su intención era terminar con las protestas de los bañistas que habitualmente eligen A Concha y Compostela para darse un chapuzón y tomar el sol.

Las voces más críticas afirman que la actividad de las mariscadoras perjudica al turismo vilagarciano, algo que desmienten desde la Cofradía Santiago Apóstol.

Algunos parquistas comentan que las protestas proceden, en parte, de las mismas personas que habitualmente se dedican a sustraer bivalvos de los parques de cultivo y la zona de libre marisqueo de la playa de Compostela, por lo que consideran fuera de lugar sus críticas.

En cualquier caso, ahora esperan a que el gobierno local tome la iniciativa y solucione de una vez por todas esta polémica que, desde el punto de vista de quienes trabajan el mar, no es tal, pues a los turistas no les molestan ni ellos ni las varas.