Las plagas amenazan durante todo el año los cultivos, pero en los meses de verano este daño aumenta en valores muy notables. El calor, los cambios de temperatura muy rápidos, las pocas lluvias, o las que caen sin apenas fuerza sobre los cultivos hacen que las plagas aumenten en las verduras, frutas y hortalizas y que éstas, además, se reproduzcan a una mayor velocidad. Los hongos afectan cada día a las lechugas, a los tomates, o a los repollos que se cultivan en las cooperativas de la zona de O Salnés y que ven que este año "existe un descontrol mayor que en otros", asegura Meiga Vila, técnica de campo de la cooperativa Hortumia.

Las plagas más comunes

Ninguno de los cultivos queda exento de que las plagas de insectos y hongos les ataquen. En estas épocas de calor son las "moscas blancas", el "trips" o las "orugas" los culpables de que en muchas ocasiones este tipo de productos no puedan llegar a ponerse en venta o que se tenga que echar un mayor número de tratamientos a los huertos, lo que provoca un mayor gasto económico para los agricultores. La plaga de "trips" afecta sobre todo a las lechugas haciendo que éstas no crezcan y que no se desarrolle la planta. Por su parte las orugas comen la hoja de las plantas, lo que provoca que sea imposible su venta.

Como aseguran desde diferentes cooperativas de O Salnés el tratar este tipo de hongos y de plagas provoca un gasto para los agricultores que no recuperan ya que su precio en el mercado sigue siendo el mismo.

Además a esta problemática se le suman las altas temperaturas vividas en el mes de mayo que hicieron que los pozos se vaciasen, hecho que todavía no está solventado.