La existencia de especies en veda, como el pulpo o la nécora, el reinicio de campañas extractivas, como la que hoy comienza para la centolla, y sobre todo la existencia de prácticas prohibidas a la flota profesional y deportiva que persisten en el tiempo y que provocan la esquilmación de los caladeros han provocado un aumento de los registros de la Policía Autonómica y Gardacostas de Galicia en los diferentes puertos, pero también en depuradoras, lonjas y plazas de abastos.

Esta circunstancia, lógicamente, provoca un repunte de las incautaciones de material utilizado de manera ilegal y la recuperación de especies capturadas irregularmente o en veda.

El cerco contra la pesca ilegal y el furtivismo parece estrecharse –por tierra, mar y aire –, tal y como se ha comprobado esta misma semana en puertos como el de A Illa, donde se produjeron importantes incautaciones de medios y productos.

Ayer continuaban los controles por mar, con las diferentes embarcaciones de Gardacostas, por tierra, con los vehículos de que dispone este servicio y por aire, con el helicóptero Pesca I en misión de reconocimiento entre Vigo y las inmediaciones de Finisterre, pasando por A Guarda y toda la fachada litoral de las Rías Baixas y buena parte de las Altas.

En Arousa

Los medios marítimos y terrestres prestaban especial atención a dos puertos tan importantes como los de O Grove y Vilanova de Arousa, donde se daban cita numerosos efectivos de Gardacostas de Galicia y Policía Autonómica para revisar las zonas de amarre y fondeo.

Además, y como es habitual en este tipo de inspecciones, los buzos se sumergieron en las ensenadas de O Corgo y Vilanova de Arousa para buscar posibles productos acumulados en el agua a la espera de ser comercializados de manera irregular y clandestina.

No solo decomisaron los útiles empleados de manera irregular, sobre todo jaulas, nasas, sacos y viveros, sino que en estos caso los efectivos de Gardacostas proceden a identificar a los autores de este tipo de faltas –siempre que sea posible– y recogen los productos recuperados para devolverlos al agua en una zona alejada del puerto, y casi siempre en la misma ría donde se encuentran.

64 kilos de centolla

En los registros de ayer en los puertos de O Grove y Vilanova se localizaron, por ejemplo, 64 kilos de centolla sumergidos en el agua a la espera de ser sacada para su venta, y hay que insistir en que la venda no se abre hasta hoy.

También recuperaron 72 kilogramos de nécora, 17,5 kilos de vieiras –comercializarlas sin depurar ni eviscerar puede suponer un delito contra la salud pública– y 2,5 kilos de ostra.

La relación de incautaciones en este operativo se completa con 4,5 kilogramos de almeja babosa y 2 kilogramos de berberechos.

Como queda dicho, todos estos productos fueron devueltos al mar, y se hizo en aguas de la propia ría arousana.