La instalación de una nueva empresa frigorífica en el polígono cambadés de Sete Pías puede hacer que este puerto arousano de un paso decisivo para convertirse en uno de los más importantes de Galicia en lo que se refiere a descarga de jurel, sardina y caballa.

En la actualidad son especies que ya tienen mucha presencia en Cambados, pero hay una importante cantidad de embarcaciones que tras la pesca acuden a otras lonjas, por ejemplo Ribeira, Vigo o A Coruña, para comercializar su producto.

Sin embargo, el aumento de la demanda puede hacer que se incrementen también las descargas en el puerto cambadés, e incluso no se descarta lograr mejores precios para la flota.

El grovense Joaquín Escalante, conocido por haber sido concejal hace años y por haber fundado Frigrove, un centro frigorífico que se sitúa en la subida a Monte Siradella y da trabajo a 200 personas, anuncia ahora que el mes que viene va a estrenar la nave de Sete Pías.

Se trata de Frigoríficos de Cambados (Fricam), que en lugar de centrarse en el tratamiento y exportación del atún, como en el caso meco, va a ocuparse de la sardina, la caballa y el jurel.

Rosa Quintana

La inauguración de la nave cambadesa depende de la agenda de la conselleira de Mar, Rosa Quintana, pero en un principio se cree que podría estrenarse oficialmente en la segunda quincena de marzo.

Será entonces cuando se explique con todo lujo de detalles el sistema de funcionamiento de la industria y cuando se aclare que en una primera etapa van a trabajar allí medio centenar de empleados.

La intención de la empresa, tal y como avanza a FARO el presidente del consejo de administración, Joaquín Escalante, es transformar entre 6.000 y 8.000 toneladas anuales de las citadas especies.

Y de esa cantidad está previsto exportar alrededor de un 80%, la mayor parte con destino al Norte de África y a países de la Europa del Este.

Dotada de las más modernas tecnologías y de una espaciosa zona de producción, la factoría construida en el polígono de Sete Pías puede suponer “una especie de revolución” para la flota arousana, tal y como reconocían ayer en la cofradía de pescadores cambadesa.

Por todo ello, Joaquín Escalante se muestra muy satisfecho, pero también se confiesa orgulloso por el trabajo realizado y los avances experimentados para hacer realidad esta nueva industria.

A grandes rasgos, el resumen que hace Escalante es que va a centrarse en la congelación de la caballa, la sardina y el jurel mediante procesos “que garanticen la máxima calidad” y permitan a Fricam competir con otras multinacionales europeas que llevan mucho tiempo comercializando este tipo de productos.

“Con ilusión”

A sus 64 años, cuando muchos piensan ya en la jubilación, el presidente del consejo de administración del grupo en el que se engloban Frigrove y Fricam dice afrontar “con toda la ilusión posible” esta nueva etapa.

En ella su empresa va a tratar de “aprovechar al máximo el enorme potencial de la ría, y particularmente las potencialidades del puerto de Cambados y de su flota del cerco, cuyos barcos van a poder vender su producto en su propio puerto, sin necesidad de desplazarse a Ribeira o A Coruña”.

La importancia de la flota cambadesa es uno de los motivos que llevaron al grupo empresarial a situarse en el polígono industrial de Sete Pías, desde donde pretenden introducirse con fuerza en lo que consideran “un mercado emergente”.

En cierto modo la puesta en marcha de Fricam guarda muchas similitudes con el lanzamiento de Frigrove, cuando el propio Escalante manifestaba que “Galicia dispone de la mejor materia prima, que no es otra que la mano de obra de las mujeres”, y apostillaba que ellas iban a ser las encargadas de manipular y transformar el atún llegado hasta O Grove desde cualquier parte del mundo, pero sobre todo desde las aguas del Índico.

En el caso concreto de la factoría meca, hay que indicar que el 80% de su producción de atún se destina al País Vasco. Según la propia empresa, el objetivo inicial era transformar alrededor de 34 toneladas al día.

La operación consiste en cocer el pez y limpiarlo, eliminando la cola, la espina, la piel y las vísceras antes de filetear los lomos del atún.