Investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC y la Universidad de Vigo descifrarán el genoma del mejillón gallego gracias a un proyecto conjunto al que la Xunta acaba de conceder 80.000 euros para los próximos tres años dentro de su última convocatoria de I+D. La resolución de este rompecabezas científico situará a la comunidad "en el liderazgo mundial" y arrojará luz sobre la naturaleza de la especie y su potencial biotecnológico.

Antonio Figueras, experto en patología y biología de moluscos del IIM, lidera un proyecto mixto en el que participan expertos de relevancia internacional en genómica –el grupo que él mismo dirige junto a Beatriz Novoa– y en bioinformática. La aportación en este ámbito llega desde el campus de la mano de Carlos Canchaya, miembro del equipo que coordina David Posada, beneficiario de una de las prestigiosas becas del Consejo Europeo de Investigación.

Los biólogos apelan a la "relevancia social y económica" del proyecto para Galicia, el segundo productor mundial de mejillón con 210.000 toneladas al año. "La idea es añadir valor a un producto que tenemos en grandes cantidades. ¿Alguien piensa que Japón o EE UU sólo se comerían este recurso como hacemos nosotros si lo tuviesen en las mismas proporciones?", ironiza Figueras.

La secuenciación del genoma desvelará toda la información genética de la especie y abrirá la puerta a desarrollos biotecnológicos relacionados con el "antibiótico natural" del mejillón que descubrieron hace un par de años los investigadores del IIM y que explicaría su elevada resistencia. Otro ámbito de interés será el pegamento con el que estos moluscos se adhieren a las rocas y entre ellos. "Hasta ahora sólo hemos rascado la superficie y lo poco que conocemos promete", ratifica Figueras.

Una vez conseguido el mapa genético, la especie podrá ser por primera vez "domesticada" y será viable desarrollar mejillones "a la carta" con unas determinadas cualidades que los hagan más atractivos para el consumidor o criarlos para que produzcan determinadas sustancias. El conocimiento generado por los investigadores vigueses también permitirá sintetizar estos componentes de interés en el laboratorio.

La obtención del genomase traducirá en respuestas a problemas relacionados con las enfermedades, la acumulación de toxinas o la producción de juveniles en las bateas e incluso podría poner remedio a las toxinas que obligan a su cierre. Además los resultados obtenidos también resultarán de interés para otras especies similares.

Figueras confía en contar con los primeros resultados a finales de 2011 teniendo en cuenta que los procesos de secuenciación, ensamblaje y anotación del genoma son lentos debido a la elevada cantidad de información que se maneja.

Los científicos vigueses, que también colaborarán con el grupo de Santiago que trabaja en el mapa genético del rodaballo, habilitarán en breve una página web que servirá como "base de datos abierta" para dar a conocer en tiempo real los resultados.