El nuevo aspecto de la peatonal y céntrica calle de A Baldosa genera posturas muy diversas entre la población local de Vilagarcía. Después de que ayer a última hora de la mañana quedase desmontado el último toldo de los que hasta hace muy poco presidían la entrada de una buena parte de los establecimientos hosteleros de ese vial, las opiniones de los viandantes que pasaban por el lugar eran de lo más variado, y en ningún caso permitían situar la balanza de la valoración ciudadana general a favor o en contra de la nueva ordenanza de terrazas.

La eliminación de los toldos con anclajes fijos al pavimento de A Baldosa es bien vista por más de uno en lo que a términos de espacio se refiere. "La calle parece más ancha", señalaba Carmen García, que recordaba las dificultades que muchas veces suponía circular con un carrito de bebé por esa zona.

En la misma línea se expresaba Xosé Manuel Liste, que aseguraba ver bien "todas las medidas que supongan hacer más habitables las ciudades".

La opinión de estos vecinos era compartida por otro vilagarciano, Raúl Martínez, que pese a manifestarse a favor de la retirada de los toldos de A Baldosa no se pronunciaba igual en lo referente a la zona de A Mariña. Martínez aseguraba que esas estructuras no entorpecían en absoluto la circulación de personas en esa avenida, donde tampoco generaban conflicto con otros bares por no tratarse de una calle cerrada, por lo que su retirada era calificada por este hombre como "una paxarada".

Silvia y Jose, dos veinteañeros vilagarcianos, se mostraban radicalmente en contra de la retirada de las terrazas, con la que consideran se quita vida a la zona de A Baldosa. "Esta es la calle de tapas por excelencia", destacaban estos jóvenes, que creen que el lugar se ve ahora "mucho más muerto". La pareja aseguraba no entender el por qué de la retirada de terrazas en una zona dedicada casi en exclusiva a los negocios hosteleros y donde, por tanto, los toldos no suponían un obstáculo para el tráfico.

Pese a ser casi cuarenta años mayores que la anterior pareja, Manuel Lorenzo y Dolores Castro ven igual de mal la medida adoptada en A Baldosa. "Antes estaba más resguardado del viento", señalaban.

La próxima entrada en vigor de la ley del tabaco, que prohibirá el consumo de esta sustancia en el interior de todos los bares, también es tenida en cuenta por los vilagarcianos, que veían en las terrazas un espacio adecuado para los fumadores.

En lo referido a la unificación estética del mobiliario y la eliminación de publicidad de las terrazas las opiniones de los vilagarcianos parecen aproximarse más y, en general, todos creen que esa medida será positiva para la imagen de la ciudad.

No obstante, también en ese punto hay quien difiere, señalando a posibles intereses económicos como motivo de fondo. "Seguramente alguien se beneficiará de ese cambio de mobiliario", indicaba Félix Bugallo.

A la espera de que llegue el frío del invierno, algunos hosteleros barajan la opción de instalar calefactores en el exterior de sus establecimientos para no renunciar a sus terrazas.