Los viticultores de Barrantes han cargado al máximo las tinajas para recoger los 2,5 millones de kilos de uvas que sus viñas han dado en la presente cosecha de 2010.

Apenas han tardado tres días pero la satisfacción es enorme pues además de la mayor producción, quinientas toneladas más que en 2009, han obtenido un fruto con nada menos que 12,5 grados de alcohol, lo que le imprime una calidad excelente, pues es grado y medio más que en la anterior campaña.

El buen tiempo que ha permitido una total maduración de los racimos parece estar detrás de la calidad de la cosecha de todo tipo de vinos en una campaña que seguro va a ser calificada de excelente. En el caso del tinto de Barrantes también es de destacar que no resultó afectado por ninguna de las plagas de la vid, como mildiu o botritis, gracias a la resistencia de esta planta.

Pero el "manchamorros" de O Salnés va a seguir discriminado pues ni por asomo se ve la intención de las autoridades de reconocer este vino híbrido, presente en todos los hogares de la comarca. Los propios viticultores resaltan que van a elaborar un caldo que aunque no cuenta con el favor institucional nada tiene que ver con algunos vinos de mesa que se comercializan en cartones.

Manuel Abuín "Piris", uno de los mayores defensores del tinto de Barrantes, recalca que se trata de un vino exquisito, con un sabor afrutado muy especial, que suele ser muy apreciado por el consumidor, aunque no puede distribuirse por los cauces tradicionales del mercado.

Así, los casi dos millones de litros de Barrantes deberán venderse o en las propias casas o por medio de los furanchos que proliferan en la comarca y la provincia. También las fiestas gastronómicas se convierten en buenos cauces para consumir los excedentes.

Y es que los propietarios de vides de Barrantes producen mucho más vino del que se consume en su propia casa. El propio "Piris" señala que si el año pasado ha recogido cien "capachos" de uva, este año obtuvo 200, por lo que le va a sobrar una gran cantidad de vino.

Respecto a la vendimia, Manuel Abuín afirma que la de uva tinta de Barrantes se ha recogido prácticamente toda. "Se trata de una labor que lleva dos o tres días porque ahora se contrata a ocho o diez jornaleros. Ahora es más un entretenimiento que un trabajo propiamente dicho".

Afirma que la labor más importante comienza ahora pues en estos días se procede al volcado de las tinajas con las uvas en los toneles, para su fermentación y siguiente elaboración del vino.

Se trata de una tarea que puede llevar más de un mes y que significa la parte "quizás más ingrata" para el viticultor, no en vano el Barrantes es un vino artesanal que no llega a las mecanizadas bodegas que existen en la comarca.

También este fin de semana se han dado los últimos coletazos a la vendimia de albariño, con un rendimiento que vuelve a dar cifras históricas. En la Xunta se habla ya de 28 millones de kilos de albariño, una cantidad muy similar a la de 2006, cuando se recogieron 30 millones.

De todos modos, las cifras aún no son definitivas por lo que podrían aumentar de forma oficial, si bien habrá que esperar a los datos definitivos que comunique el Consello Regulador Rías Baixas.

Precisamente éste es el factor que diferencia a los vinos de Barrantes con el albariño y que los viticultores quieren convertir en ventaja para su futura producción.

El hecho de que las Administraciones no quieran proteger esta uva permite a los dueños de fincas de la comarca ampliar sus plantaciones, ya que no existen indicaciones que lo prohiban. Manuel Abuín afirma que son muchos los viticultores que han aumentado el número de cepas, por lo que la producción podría ir en aumento debido a la demanda de este tipo de vino.

"Este año va a salir un vino con mucha graduación, muy sano y limpio", señala este productor de Ribadumia, muy satisfecho con la presente vendimia.

"Piris" cree en el futuro de este exquisito vino, si bien el aumento del número de botellas les obligará a abrir otros canales de distribución. Considera que en estos momentos se producen litros suficientes para abastecer a Galicia, si bien no podría salir de este ámbito geográfico.

Esa posibilidad sólo sería viable si las Administraciones confieren al Barrantes un sello propio y se permite su comercialización en tiendas y supermercados, algo vetado en estos momentos. No es extraño que en la comarca muchos sigan sorprendidos por el hecho de que se autoricen vinos de mesa que "si llevan algo de uva es muy poca" y en cambio se prohiba un vino exquisito, sin añadidos ni conservantes, que por otra parte es aconsejado y bebido por muchos cardiólogos.