Más de dos centenares de firmas reclamaron ayer en el Concello de Cambados la recuperación del antiguo cruceiro del lugar de A Bouza, en la parroquia de Castrelos. Los vecinos solicitan en el escrito presentado al grupo de gobierno que se aproveche la rotonda que se está construyendo en la actualidad en la zona y que se ubique este bien patrimonial donde siempre estuvo: en el cruce entre los dos viales que pasan por el lugar: la carretera PO-549 y la que se dirige a O Facho.

La construcción de la rotonda es fundamental, ya que la propuesta vecinal propone que sea ese el lugar en el que se instale para evitar que sea un riesgo para el tráfico rodado y que vuelva a pasarle lo mismo que en los años 70, cuando un camión derribó el monumento, que quedó enterrado.

El cruceiro en cuestión, del que apenas se tienen datos de su construcción, ya sufrió antes de la Guerra Civil de 1936 una grave situación, al ser destruido por un grupo de personas. Aquellos que lo destruyeron, acabaron por rehabilitarlo, obligados por las autoridades salidas del levantamiento militar encabezado por Franco.

Una vez colocado en su sitio, a principios de los años 70, una mala maniobra provocó que un camión que transportaba gaseosas acabase derribando este bien patrimonial. Mientras no se reparaba, el capitel y la cruz fueron depositados en la sacristía de la iglesia parroquial de Castrelo, quedando el pie y el varal en las inmediaciones de una finca que se encontraba en el cruce. El tiempo fue pasando y los restos acabaron cubiertos de maleza y de residuos procedentes de las obras que se iban acometiendo en la PO-549.

Salvado

Pero el pasado año, con motivo de las obras que se están acometiendo en la carretera, volvieron a aparecer los olvidados restos del cruceiro. Los propios vecinos, que se dieron cuenta del hallazgo, fueron los encargados de impedir que las máquinas que estaban actuando en la zona acabasen de destrozar el hallazgo y los empleasen como material de relleno en la construcción de la nueva rotonda. El propio Concello, conocedor de lo ocurrido, se hizo cargo de la custodia de la base y el puntal hasta que se decida qué se va a hacer con él.

Recuperar este bien patrimonial es una iniciativa que los vecinos entienden como adecuada, devolviendo a su lugar original un monumento que ha tardado demasiado en ser reparado.