El cuerpo de Patricio Ignacio Ricatti Pérez, el niño de 5 años atropellado el jueves en O Grove, fue incinerado ayer en Redondela, después de que en Pontevedra se le realizara la autopsia que confirmó los terribles daños internos sufridos por el pequeño como consecuencia del brutal accidente.

Así lo confirmaban ayer los padres del menor, quienes se muestran desconsolados por lo sucedido y preparaban para hoy la celebración de una ceremonia religiosa en la que todo el pueblo de O Grove pueda dejar patente el dolor que vive la localidad tras lo sucedido. Una consternación que se hace extensiva a cada rincón de la comarca de O Salnés, donde ayer no se hablaba de otra cosa que no fuera el accidente y la "mala fortuna" o la "desgracia" de que el coche se subiera a la acera para aplastar al niño contra una valla.

Evidentemente donde más de cerca se sufre este suceso es en la localidad meca, ya que los padres del pequeño fallecido son bastante conocidos a pesar de llevar sólo nueve meses asentados en la localidad.

También es conocida la conductora del coche que protagonizó el fatal desenlace, una vecina de 63 años que responde a las iniciales M.C.O.. Algunos ciudadanos insisten en que esta mujer ya había sufrido desmayos anteriores, como el que dice haber padecido en el momento del atropello. Sin embargo, el hijo de la conductora sostiene que no es ella, sino la hermana, la que tiene antecedentes por múltiples desvanecimientos.

Incluso el alcalde, José Cacabelos Rico, y el concejal Alfredo Bea quisieron aclarar ayer que "quizás se ha producido cierta confusión desde el primer momento y se dijo que la conductora del coche es la que sufre frecuentes desmayos cuando en realidad es la hermana la que los padece".

A la espera de lo que determine la investigación de los hechos, el padre del pequeño muerto anuncia que van a pedir que se depuren responsabilidades y se haga justicia.

Desde el gobierno local ofrecieron apoyo psicológico y consuelo a la familia del pequeño, que como se explicó ayer cursaba sus estudios en la escuela unitaria de Monte da Vila. Este centro permaneció ayer vacío, "porque los padres de los demás alumnos, por iniciativa propia, decidieron no mandar a sus hijos a clase", explicaba una de las profesoras. También aclara que el niño de cinco años muerto el jueves "era muy alegre y vital".