La obesidad ya es una epidemia que afecta tanto a los países desarrollados como a los pobres. Se trata de un fenómeno globalizado, por lo que los expertos han acuñado un nuevo término para definirlo, "globesidad". Esta es una de las principales conclusiones del tercer simposio científico del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), que se clausuró ayer en A Toxa (O Grove) después de tres días de conferencias.

Una de las ponencias fue la del director de la Internacional Obesity Taskforce, Philip James, según quien ya hay en el mundo 300 millones de personas obesas –cinco de cada cien habitantes del planeta– y que este número seguirá "creciendo sin parar a no ser que se tomen medidas urgentes".

Para James la obesidad se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más importantes, y se ha convertido en un factor capital en la evolución de enfermedades graves o incluso mortales, como la diabetes, las dolencias cardiovasculares o el cáncer. El experto apunta que el sobrepeso ya no es un problema exclusivo del primer mundo, al padecerlo también países subdesarrollados y que en términos económicos ha provocado "un aumento irracional y disparatado de los costes sanitarios".

Para el director de la Internacional Obesity Taskforce es hora de que las administraciones públicas se pongan manos a la obra para prevenir la obesidad. En este sentido, plantea la investigación genética del desarrollo del sobrepeso en la infancia y la pubertad, mejores líneas de tratamiento nutricional y optimizar los recursos económicos que se destinan al tratamiento de la enfermedad.

Philip James fue uno de los 200 expertos de todo el mundo que durante los tres últimos días participaron en el simposio de A Toxa. Otra de las aportaciones del congreso es un estudio según el cual una nutrición deficiente durante las primeras semanas de vida de un bebé pueden provocarle cambios en los circuitos del hipotálamo, originando problemas de obesidad en la edad adulta.

Este trabajo de investigación recibió uno de los cuatro premios entregados ayer en A Toxa.

Además de las conferencias, en el congreso se celebró una carrera por A Toxa –en colaboración con el ayuntamiento de O Grove– para fomentar la práctica deportiva y se instaló en el vestíbulo del hotel Hesperia Isla de La Toja un monitor de cálculo de grasas y de composición corporal, para que los asistentes pudiesen conocer su condición física.