La mole del antiguo cocedero de Charpo, que en su día perteneció a la familia Charlín, volvió a sufrir ayer el enésimo incendio, lo que ha provocado la reacción inmediata del Concello de Vilanova, que en la próxima junta de gobierno va a tomar la decisión de declarar el inmueble en estado ruinoso como paso previo a su demolición.

Para ello, el Concello cuenta con numerosos informes de la Policía Local en los que se señala el deficiente estado de conservación del edificio, además de alertar de que los continuos incendios que se están registrando en la nave pueden afectar a los inmuebles adyacentes, entre ellos un instituto en el que hay más de 200 alumnos.

A mayores, los informes también inciden en la necesidad de eliminar este edificio al haberse convertido en un lugar frecuentado por toxicómanos para pernoctar, e incluso, como basurero para dejar todo tipo de desperdicios al resultar prácticamente imposible tapiarlo. Nada de valor queda en el interior de la nave, ya que el estado en que se encuentra ha permitido que los ladrones se hayan llevado toda la maquinaria que se guardaba en su interior.

No en vano, el antiguo cocedero se encuentra en un estado lamentable, deteriorándose desde que a principios de los años 90, la Audiencia Nacional ordenase la intervención judicial de los bienes de la familia Charlín por sus vinculaciones con el narcotráfico.

El incendio de ayer se declaró en uno de los camiones que todavía permanecen en el interior de la nave y todo apunta a que se trató de un fuego provocado por dos jóvenes a los que varios testigos vieron salir del interior del antiguo cocedero minutos antes de que se detectase el humo y las llamas.

El fuego calcinó por completo la cabina del camión y en las tareas de extinción participaron la dotación de Vilagarcía de Arousa de los Bombeiros de O Salnés, efectivos de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Vilanova y agentes de la Policía Local.

Los propios bomberos reconocían al término de las tareas de extinción el peligro que supone adentrarse en la nave, cuyo techo amenaza con derrumbarse en cualquier momento al haber resultado seriamente dañado durante otros incendios.

De hecho, dos de ellos fueron especialmente graves. El primero tuvo lugar en mayo de 2007 y afectó a una parte importante del tejado, mientras el segundo se registró en noviembre de 2008, calcinando tres camiones que se encuentran abandonados en el edificio.

Por aquel entonces, aquellos dos incidentes, que fueron provocados, demostraron la situación de abandono y deterioro que sufren unas instalaciones que se encuentran en uno de los lugares más privilegiados del casco urbano de Vilanova. Tal es así que el Concello se ha marcado como objetivo construir el futuro auditorio municipal sobre ese terreno.