El grupo municipal del Partido Popular de Vilagarcía, que lidera Tomás Fole, ha anunciado la presentación de una iniciativa en el Concello para instar al gobierno local a demandar a la Xunta de Galicia la regularización y continuidad del aula de apoyo para niños afectados por autismo en el colegio A Lomba.

El portavoz popular, acompañado por el concejal Juan Maneiro, mantuvo una reunión ayer por la mañana con el director del colegio, Francisco Cernadas, quien le manifestó su preocupación en relación con este servicio educativo, gestionado por la asociación Bata y que comenzó en el actual curso escolar como una experiencia piloto.

Cernadas explicó que el aula no está formalmente creada ni regulada su gestión, por lo que tanto la dirección del centro como los padres, que coinciden en la conveniencia de mantenerla y en los resultados positivos obtenidos, temen por su continuidad. La experiencia se inició a modo de prueba, pero ni se hizo un seguimiento y una evaluación de la misma por parte de la Consellería ni se dio ningún paso para formalizar su funcionamiento.

Fole ofreció al director su mediación ante el nuevo gobierno autonómico y comprobó en el propio centros varias de las deficiencias, además de lo inadecuado del espacio dedicado al comedor. Tras la visita, el presidente local del PP y portavoz del grupo municipal consideró “increíble que un centro de nueva construcción, inaugurado en septiembre pasado, presente problemas estructurales, como humedades, defectos en puertas y ventanas o elementos que ya están rotos, así como el incumplimiento de normas de seguridad e higiene como la ausencia de un sistema de apertura de emergencias o antipánico en la entrada principal, la no existencia de separación entre servicios higiénicos y vestuarios en la cocina o la superficie insuficiente destinada, en este mismo espacio, a almacén o a cámaras frigoríficas”.

En cuanto al comedor, Fole subrayó que “es totalmente absurdo hacer una inversión de este calibre sin contar con las necesidades presentes y futuras. Era sabido antes de iniciar el proyecto que la demanda del servicio de comedor era creciente y, sin embargo, se hizo un nuevo centro con un comedor más pequeño que el que había en el antiguo. Los niños se ven obligados a apretujarse para comer con las consiguientes dificultades para el normal movimiento de los cuidadores”, declaró. La peor consecuencia es que el Consello Escolar acordó, forzado por la situación, limitar el número de plazas para el próximo curso a 200, cuando en el actual ya hay 230 niños como usuarios.