La Volta Ciclista a Galicia tiene un principio y un final, y los dos se llaman Vilagarcía. La localidad arousana ha sido elegida como eje de esta octava edición de la prueba, así que ayer tocó llenar la ciudad de maillots, pedales y mucha emoción. El objetivo que estaba en la mente de los ciclistas era, seguramente, regresar dentro de unos días a la villa como campeón. Mientras el del público era, simplemente, disfrutar con el espectáculo que se montó alrededor de la salida de la primera etapa de la prueba.

Algunos políticos acudieron al acto, aunque la representación oficial la puso la alcaldesa, Dolores García, encargada de cortar la cinta en el punto de salida, acompañada de la concejala de Deportes, Victoria Hierro, y el presidente de la Federación Galega de Ciclismo, Sabino Cortizo, vecino de la cercana Padrón.

Cerca de un centenar de personas rodeó hacia las 13.30 horas de ayer al pelotón, formado por ciclistas de España y Portugal, y también de la lejana Rusia, representada por el Lokomotiv. Para el acto inaugural se cortó el tráfico en la avenida de A Marina durante bastante tiempo, lo que ocasionó trastornos a algunos conductores, que a esa hora -la de salida de la mayor parte de los trabajos- utilizan la céntrica calle para salir de la ciudad. Pero el mayor problema vino después, porque el pelotón dirigió sus manillares hacia Carril por la carretera general, dentro del primer kilómetro -lo que se llama salida neutralizada- a un paso bastante lento que ocasionó un importante tapón en el tráfico. A pesar de todo, Vilagarcía se mostró contenta de albergar un acontecimiento deportivo de estas características.