Cansados de la inoperancia del Concello de Vilagarcía a la hora de solventar las inundaciones, la asociación de veciños O Souto de Rubiáns amenaza con movilizaciones si no se ejecutan las obras para paliar la situación en la que se encuentra el vial de Perrón. Este vial se inunda cuando caen sólo unas gotas convirtiéndose en impracticable, indica el presidente de la asociación Xurxo Abuín, debido a la mala canalización de un pequeño río que atraviesa la zona.

“Nos encontramos como hace dos años, o quizás peor, porque al problema de la mala canalización, instalada por los operarios del Concello se une el agua que provocan las obras de la circunvalación”, indica Abuín. Los vecinos mandan un ultimátum al Concello: o la situación está solventada en quince días o ellos mismos cortan el vial y comienzan a cambiar las canalizaciones “como si estuviésemos en un país centroafricano, porque el Concello se ha olvidado por completo de nosotros.

Las inundaciones de Perrón no son las únicos que existen en Rubiáns. La asociación de veciños también pide al Concello soluciones para los lugares de O Lago, Abelle y Loenzo, donde las obras de la circunvalación y del acceso al Puerto de Vilagarcía provocan constantes problemas a los vecinos.

En O Lago, desde el inicio de las obras al puerto de Vilagarcía el agua inunda de forma constante varias propiedades. Por este asunto llegaron a mantener una entrevista con la alcaldesa, Dolores García, que se comprometió a solventarlo. Es más, esta intención la reiteró en un pleno de mayo del pasado año, pero después de once meses, los problemas en la zona continúan, pese a que los vecinos lograron convencer a un particular para que cediese parte de sus terrenos y permitiese la ejecución de la obra. Lo único que se ha realizado es una canalización de 40 metros desde la circunvalación hasta la carretera de O Lago, en la que se han unido un pozo de pluviales con otro de fecales, algo inaudito, y el agua sigue anegando el camino”, indica Abuín.

En lo que respecta a Abelle, los vecinos denuncian que se registran desprendimientos de lodo y piedras que llegan hasta el puente sobre la vía férrea, convirtiendo en impracticable el camino cuando comienza a llover.

Por último, los problemas de Loenzo se deben a que el Concello sustituyó una tajea por una tubería y cada vez que llueve con fuerza, la infraestructura es incapaz de absorberla, inundando la carretera.