La marea roja “de primavera” mantiene su lenta evolución en las rías gallegas, centrándose actualmente en Ares-Betanzos, donde permanecen cerrados sus dos polígonos bateeiros, y en aguas de Pontevedra, tradicionalmente la más castigada por la acumulación de fitoplancton portador de biotoxinas y donde está prohibida la extracción de mejillón en cinco de sus ocho polígonos bateeiros.

En concreto, los cierres afectan al mejillón cultivado en los viveros flotantes de los polígonos Sada A, Sada B, los Bueu B A2 y A1 y los polígonos Portonovo B y Portonovo C.

Quiere esto decir que, al menos de momento, el grueso de los polígonos de la ría de Arousa, la más productiva de Galicia, se mantienen a salvo, aunque no se descarta que en próximas fechas también puedan verse afectados por la acción de la marea roja.

Cabe indicar que los análisis realizados por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), con sede en Vilaxoán (Vilagarcía), indican un aumento de las toxinas lipofílicas no sólo en las aguas que facilitan alimento al mejillón, lo que obliga a prohibir su consumo, sino que también empiezan a afectar a moluscos infaunales -navaja, almeja y similares- como los de la ensenada del río Miñor, en aguas de Vigo.