De modo que, cumplida por el señor vicepresidente de la Xunta -porque esta vez no parecen existir dudas sobre la condición en que viajó; en la otra tampoco, aunque algunos se empeñaran en rizar el rizo argumental- su segunda visita a Madrid en una quincena, acaso no esté de más subrayar que, ahora, la importancia ha estado más en lo que dijo tras entrevistarse con la ministra que en lo específicamente despachado con ella. Lo que se apunta, como es natural, respetando cualquier otra opinión que pudiera darse y que no coincidiesese con ésta.

Y es que don Anxo Quintana quiso hacer especial hincapié, ayer, en un dato que, por contraste, tiene mayor dimensión cara al futuro: que se encuentra "más cómodo", junto con la organización que dirige en la colaboración que en la confrontación. Lo que, dicho por un nacionalista en momentos en los que parece volver, siquiera por motivo electoral, el tan denunciado jacobinismo socialista, es mucho decir. Sobre todo porque puede darle fiabilidad a quienes hasta hace poco eran sujeto de desconfianza, cuando no de simple y llana hostilidad.

Ítem más: ahora mismo, cuando el PSOE parece alejarse de lo que un día pareció proximidad con el PNV, y coincidiendo con la agresividad -sectorial al menos- de Esquerra Republicana de Cataluña y la veleidad de CiU no debe molestarle demasiado al señor Rodríguez Zapatero que haya un nacionalismo histórico que haga el camino a la inversa, pase del basto a las copas y alivie sus dolores de cabeza. Y eso puede que sea coyuntural y no cuente mucho, pero quizá lo recuerde en algún momento, y ya se sabe lo útil que a veces puede ser la memoria.

Pero hay más lecturas positivas -los escépticos, y los empecinados mantendrán como siempre sus dudas e incluso sus sospechas de doble juego, pero eso es inevitable- que se pueden aplicar a este lado del Padornelo y abrir expectativas políticas ahora mismo poco exploradas sobre posibles futuros acuerdos y ententes- Porque esa "comodidad", aparte de con los socialistas, podría alcanzarse también con otros, siempre y cuando esos otros no sigan en el juego suicida de cerrar los ojos a todo lo que no sea su propio ombligo; referencia que se hace al PP, claro: más, por ahora, no hay.

Todo eso se verá, pero es antes que nada cosa de tiempo. Lo de ahora -por lo oído ayer en Madrid-, parece bastante bien encaminado; las transferencias que estaban atascadas -por más que el PSOE lo niegue o lo disimule: hace un par de meses lo reconocía la propia señora ministra Salgado- podrán realizarse antes de las elecciones, y el pago parcial de la deuda pendiente se hará en enero, así que hosanna. Y, dicho sea de paso, alguien debería cambiar de discurso sobre el valor de lo transferible; hay unas cuantas competencias en asociaciones y reconocimiento de su utilidad pública, que suponen control, y por tanto poder.

Queda dicho que otras opiniones caben, pero para argumentarlas habrá que manejas sobre todo sospechas, y no hechos, Y buen método ése no es. ¿Eh?