Cada día que pasa, se refuerza el consenso de los analistas de que caminamos hacia un escenario de reforma de la financiación autonómica en dos fases. En el primero, se buscaría una solución de metabolización de la deuda que las Comunidades Autónomas tiene con el Tesoro; para dejar la reforma del sistema de financiación en sentido estricto para el año 2019.

Este escenario no es necesariamente negativo para Galicia. Pero exigiría cambiar el orden de las reivindicaciones. En particular, habría que meter ya en la agenda la reforma del Fondo de Compensación Interterritorial (FCI), acompañando las decisiones de la reestructuración de la deuda. Vayamos por partes.

Galicia no necesita reestructurar su deuda. Otras Comunidades sí. Incluso aunque se evite la condonación del principal de la deuda, algo razonable que defiende la Xunta y la mayoría de los expertos (para muestra: http://infogen.webs.uvigo.es/estabilidad-presupuestaria.php), ampliar plazos de devolución y subvencionar los tipos de interés va a beneficiar a otros mucho más que a nosotros.

Por eso es el momento de aceptar ser solidarios con otros, pero a cambio defender la solidaridad que nos beneficia. En un escenario de fuerte reducción de los fondos europeos en la década que viene, es fundamental reforzar las herramientas de política regional española. Tenemos el diagnóstico y las propuestas. Las hemos hecho desde Galicia y aparecen en el libro "Fondo de Compensación Interterritorial: análisis y propuestas de reforma " publicado por el INAP en 2015 y en el reciente informe "La política regional en España: análisis y propuestas de reforma" (disponible en http://infogen.webs.uvigo.es/politica-regional.php ).

Por tanto, aceptemos que toca hablar de reestructuración de deuda (que no quita); a cambio de hacerlo también de la reforma del FCI.

*Director del Foro Económico de Galicia