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La semana de A Ferrería

Presupuestos: Quien no llora no mama

La previsión inversora del Estado en Pontevedra y su comarca que se refleja en los presupuestos dados a conocer esta semana no muestran sorpresa alguna, más bien en el documento se recogen las inversiones previstas desde hace años, hasta el punto de repetirse la partida destina al paseo peatonal por la avenida de Marín. Esto viene a demostrar que una cosa es prometer y otra cumplir, y que aún figurando en los Presupuestos del Estado eso no implica su ejecución.

Cabe siempre ser optimista, pero viendo como se las gastan nuestros políticos y más en Galicia y, especialmente en Pontevedra, el temor a seguir esperando por obras necesarias es real. Ahí está la reforma del Nudo de Bomberos para la que se destinan un millón de euros para licitar las obras. El estudio comenzó allá por 2012 y un lustro después al fin figura por vez primera una partida del Ministerio de Fomento para remodelar el acceso Norte de la autopista, que permitirá una salida directa desde el puente de As Correntes hacia la AP-9. Pero viendo lo ocurrido con el paseo de Placeres, no sería extraño que el documento que presente Montoro el próximo año vuelva a aparecer la misma partida y se hable de una gran inversión para la capital de la provincia, que a día de hoy sigue careciendo de buenas infraestructuras, de hecho tendremos que seguir esperando por una circunvalación porque por aquí las cosas de la administración van a ritmo tan lento que se eternizan durante años.

Y como muestra ahí están los proyectos de la Xunta como el hospital Montecelo tras dos décadas de promesas de unos y otros, el dragado del Lérez..., mejor no seguir.

En los Presupuestos del Estado nada se dice de inversiones en la comarca, y quizá por eso toca hablar por parte del Partido Popular de los pensionistas y funcionarios, que por cierto han tenido que echarse a la calle a mostrar su protesta para ser tenidos en cuenta.

El dinero parece que tiene como destino el País Vasco y Cataluña, en donde el Estado invierte más cada año para rebajar las quejas de sus políticos, mientras que Galicia, siempre resignada, sigue en puestos de cola esperando por las migajas del Gobierno central. Recibe Galicia 937 millones, la segunda cifra más baja desde 2004, pero en San Caetano interpretan que ya se ha invertido tanto en años anteriores que a nuestra Comunidad ahora mismo no le falta de nada. Vamos que es un paraíso donde ya no queda nada por hacer, salvo un par de parches aquí y allá.

Con este argumento parece que a los ciudadanos nos toman por tontos, y es que ya se sabe: Quien no llora no mama.

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