" Qué quieres, qué quieres, porque me llamas, porque me gritas todas las noches", oigo cantar a María Dolores Pradera mientras escribo y me pone la Pradera, o me enternece, o me recuerda emociones y me parece una musa ideal para hablar de poesía, porque hoy empiezo como ayer invocándola por culpa de Stella Maris. Os doy noticia de que el lunes presenta Stella su segundo poemario a las 20 h. en la viguesa galería Sargadelos, cuyo precioso título es Alma acróbata, y que lo presentará Xesús Alonso Montero, además de un tipo que soy yo que también estará en la mesa como inevitable segundón al lado del maestro, escritor y expresidente de la RAG. Antes fue Pálpito súbito, su libro primero, y ahora viene este otro desnudo emocional hecho libro. ¡Ah, Stella, qué bueno que te jubilaras de tu sede catedralicia; ahora has podido sacar tus poemas de la mesilla de noche a la calle! Allí estaremos, a tu derecha el profesor, a tu izquierda el alumno.

¡Qué tres las de Monstruación!

El tren me deja hoy en la estación de Vigo a las 22.30 y no sé si me dará tiempo para estar a las 23 en el pub O Serán (Manuel Núñez, 29) para ver la segunda función, tras la de las 21, de mis chicas de Enconarte, con perdón, de muy dudosa moralidad. Sí, sí, hablo de Arantxa Treus, Rocío Romero y Deborah Vuku?i, que por segunda vez estarán allí hoy interpretando, bajo la dirección de Marian Bañobre, su Monstruación. Ya recordáis los enterados que nos reímos mucho con su anterior obra, No es país para coños, y no tengo idea de qué pasará con esta de hoy a lo largo de sus 40 minutos. Solo sé que trata sobre tres muñecas, una Barbie, una Nancy y una Barriguita, inquietas porque a su dueña, "América", le ha venido la regla y ha dejado de jugar con ellas. ¿Llegaré a tiempo? ¿Qué coño hace un tipo con una maleta en un pub?

Esa farmacia de los Iglesias

Mira por dónde ya no podré comprarle Cialis cuando me llegue la madurez y la química tenga que sustituir, en el amor, la resistencia que hasta ahora Dios me mantiene. Coño, es que se cierra una larga etapa en una farmacia de confianza, la de Juan Iglesias, ahí enfrente del bar Racimo. Después de 48 años la botica de Couto Piñeiro deja de ser Farmacia Iglesias porque Carmen, la hija de Juan, la traspasó, aunque aviso que sigue abierta. Claro, les queda morriña porque en aquella rebotica se fraguó la peña celtista Gudelj, los primeros viernes Boticarium Papatorum y el futbito de los miércoles, y de allí salían las pastillas Juanola para el coro Ecos del Racimo. ¡Dioses, asistidme! ¿Y qué haré yo en el futuro, Juan, cuando precise para el amor Cialis?

¡Vuelve la Ensemble Galería!

¡Qué gozo, qué contento! Alejandro Garrido acaba de invitarme a sentir Ovidio, el nuevo espectáculo de la orquesta Ensemble Galería, hoy mismo en el Museo del Mar a las 20 horas (al que no llegaré porque estaré llegando a Vigo) y mañana domingo a la misma hora, a la que iré. Siguiendo su novedosa visión del concierto clásico, esta orquesta ofrecerá en Vigo una experiencia que, con una dramaturgia de contrastes, hace aflorar los altibajos del ser humano. Me dice Alejandro que con obras de Ravel, Puccini, Rameau, Ortal, Reich y Porras, el espectáculo incluirá diferentes disciplinas artísticas. Ya sabéis, hoy y mañana, bienvenidos la nueva era de la música clásica.