Ciertamente, no es nada nuevo: Holanda se gastó sus buenos dineros en crear una lista de las conocidas como de "pesca eléctrica" y ahora quiere lograr una rentabilidad acorde a la inversión realizada. Incluso a costa del perjuicio que de tal hecho se derive a las otras flotas comunitarias, entre ellas las gallegas que ni quieren para sí tal particularidad ni tampoco aceptan que la UE conceda tan dudoso privilegio a otros países comunitarios.

Hace años que, en tierra, se ha erradicado la pesca furtiva de la trucha, que se capturaba con descargas eléctricas en el río de turno. Y es ahora cuando la UE promueve -e incluso acepta- que sus estados miembros usen electrodos para producir descargas o impulsos eléctricos y matar en el mar indiscriminadamente peces, aves y mamíferos marinos. De una u otra manera se trata de laminar todo vestigio de vida marina para servir a los intereses de una industria que, una vez más, triturará miles de toneladas de pescado con el objetivo de entregar al sector de la piscicultura su sustento diario dejando sin pesca a poblaciones enteras que lo precisan para comer. Porque en el caso de Holanda, principal promotor de la reactivación de la pesca eléctrica, interesa más la harina de pescado o pienso como alimento básico piscícola que el pescado como alimento para humanos. Y la UE le baila las aguas.

El beneficio para la flota holandesa es evidente. Tanto como el daño para las poblaciones de peces, aves y mamíferos marinos que padecen las consecuencias del uso de esa arma letal.

Por otra parte, ¿qué grado de cumplimiento puede observar de las normas comunitarias un país que ni siquiera conoce los datos reales que le permitan evaluar la pesca realizada por sus flotas? Para poder establecer lo legal o ilegal de la pesca en función de los TAC o cuotas asignados por el Consejo de Ministros de Pesca porque, ya me contará el lector, ¿qué control de la captura de inmaduros se puede ejercer en los caladeros de una pesquería en la que la selectividad no se practica?

Holanda tiene intereses muy claros a la hora de defender la pesca eléctrica. Los mismos, pero en contra, que tienen países como España, Portugal, Francia o Irlanda, que quieren pescar para comer.

Me gustaría saber el interés real en la materia del comisario de Pesca, Karmenu Vella.