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la mirada

Urgencias políticas

Por urgencias han pasado estos días miles de ciudadanos, pero también siguen los principales partidos políticos

| Pasillos . "A mí no me parece ético tener a los enfermos en los pasillos en condiciones que comprometen su dignidad e intimidad, la mayoría con problemas, y estar reservando una cama porque vamos a operar una hernia inguinal. Con todo el respeto, a lo mejor la hernia inguinal hay que operarla en todo el mes de agosto", aseguraba esta semana el presidente de la Sociedad Gallega de Medicina de Urgencias y Emergencias, José Manuel Vázquez Lima, una vez que los facultativos de estos servicios salieron a denunciar el colapso que sufren las urgencias de los hospitales gallegos por el pico de la gripe. Vázquez Lima apuntaba dos cuestiones claves: velar por el máximo respeto a la dignidad del paciente ycomo raíz del problema, una cuestión de organización de los recursos. Hay que saber priorizar. Lo peor de todo es que no es un problema nuevo. "El colapso en urgencias ocurre todos los años y debería haber una previsión", lamentaba también el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Pontevedra, Luis Campos Villarino, y desmontaba el argumento que da la Consellería de Sanidade. El departamento de Jesús Vázquez Almuiña apunta que son muchos los pacientes que acuden a las urgencias de un hospital, cuando su caso no es tan grave, y deberían ir a las urgencias de su centro de salud y a los Puntos de Atención Continuada. El Sergas tiene razón, pero solo en parte. "Si los pacientes acuden a atención primaria y allí hay esperas, o a los PACs, y hay una limitación de recursos para darle una respuesta rápida a sus demandas, pues acaban yendo al hospital", razona Campos Villarino. Es decir, los ciudadanos no son unos masocas que dolientes de su cuerpo se van a esperar con fiebre y otros males, seis horas en algunos casos, en un pasillo a que un doctor les atienda. ¡Mucho más cómodos estarían en la cama después de una visita rápida al ambulatorio, que además les pilla más cerca de casa! Los hay que se van a urgencias porque su médico de cabecera está a tope y porque el PAC también está colpsado, tanto que los médicos preparan movilizaciones. Estas Navidades hubo un Punto de Atención Continuada, donde tres doctores en una guardia atendieron a 100 pacientes cada uno, sin opción de descanso. Sanidade, pese a las demandas de los enfermos y las denuncias de los médicos, mantuvo toda la semana que no había colapsos, prefería reducirlo a "una ralentización" en los servicios de atención, defendía que ya había ampliado personal e insistía en pedir "un uso racional" de los recursos. Tuvo que llegar el jueves, y ser el propio Alberto Núñez Feijóo, quien reconociera la necesidad de mejoras. Valoró la opción de aumentar las camas por habitación para agilizar los ingresos en planta y que enfermos ya diagnosticados no tengan que esperar en el pasillo a tener habitación. La sanidad pública es un bien de todos. Un bien muy preciado que debemos cuidar y mimar, que valoramos cuando descubrimos cuánto cuesta en otros países. Los ciudadanos deben ser más responsables, pero los gestores públicos tienen una responsabilidad mayor. Les pagamos por ello.

| Contagio . Por la sala de urgencias han pasado estos días miles de gallegos y españoles, pero en ella todavía siguen los principales partidos políticos. En este caso, el virus tiene origen catalán y los políticos aún no le han encontrado solución. Los resultados han puesto en un brete a PP, PSOE y Podemos, frente al empuje de Ciudadanos y la resistencia de los independentistas. Las alarmas han saltado en las tres formaciones por el posible efecto contagio. El partido de Mariano Rajoy tiene miedo del partido naranja, que vuelve a creer en sus posibilidades de ser alternativa de Gobierno, el partido de Pedro Sánchez reacciona, marcando distancias con el otrora "sociopreferente" de Podemos porque es consciente de que Inés Arrimadas no sólo ganó las elecciones comiéndole terreno al PP; y la organización morada sopesa el próximo viraje porque la estrategia de entre dos aguas no le ha dado réditos. ¿Las sacudidas del terremoto catalán pueden llegar a sentirse en Galicia? Seguro. En el PPdeG pueden estar más tranquilos que en Génova, aquí Ciudadanos tiene escasa implantación y su discurso centralista y españolista, en una comunidad no nacionalista pero con querencia por su autonomía y su cultura, no termina de cuajar, como sí hace en otros territorios del Estado, pero los populares no deben despistarse. Para ellos, mantenerse en el poder sólo pasa por una ecuación, la de la mayoría absoluta. A no ser que el partido de Albert Rivera puede ser su muleta. El riesgo es que le robe votos, pero no se traduzcan en escaños o ediles. El 21-D resultó sorprendente porque, entre muchas cuestiones, Ciudadanos se aupó a primera fuerza (25% de los votos) siendo irrelevante a nivel municipal.¡Lo que puede hacer una buena candidata y un mensaje clarito, clarito! ¡Ináudito y ejemplo de que los electores pueden dar más de una sorpresa!

| Distancia . La posibilidad de articular una alternativa al PPdeG hasta el momento siempre ha pasado por el entendimiento de las fuerzas de izquierda, pero a nivel estatal se distancian y aquí resulta más difícil la convergencia, si los jefes de Madrid ordenan lo contrario. Además la alternancia en estos momentos no pasa por un partido fuerte y otro u otros, a los que, a la vista de los resultados electorales, no les queda más remedio que operar como socios. En Marea y PSdeG empataron en escaños(14) y la fuerza liderada por Luís Villares rebasó a los socialistas por apenas 17.000 votos en las elecciones autonómicas de 2016. Así que viven una lucha soterrada por el título de líder de la oposición. Además, el nuevo secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, se reunió con Alberto Núñez Feijóo y explora defender una misma posición en materia de financiación autonómica. En respuesta En Marea y BNG cuestionaron esa sintonía. Al enemigo ni agua.

| Renegociar . El partido de Pablo Iglesias se replantea el futuro tras el 21-D. Parece que se aleja de las posiciones independentistas, porque en Cataluña no les dio resultado y en el resto del Estado les provoca desafección, y en consecuencia cabrea a Anova, y a su máximo representante, Xosé Manuel Beiras. Además pretede renegociar las condiciones de su matrimonio electoral de cara a las municipales gallegas y ganar peso en futuras convocatorias. También surge un tercero en discordia,Izquierda Unida, quien tiene dudas de su sociedad con Podemos. Alberto Garzón pide más "visibilidad" para los suyos y renegociar el convenio de la cooperativa. Todo a un año de las elecciones municipales, donde En Marea se lo juega todo. Si pierde A Coruña, Santiago y Ferrol, sus tres bastiones, ¿qué opciones de futuro tendrá? ¿Pueden arriesgarse al divorcio o a seguir aireando sus diferencias?

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