Compromiso es la palabra mágica que arreglaría nuestras desventuras y nuestros sinsabores. Compromiso es cumplir con nuestros acuerdos y ser cumplidor de nuestros contratos.

En nuestros contratos siempre lo hacemos con una idea clara: tiene que beneficiar a ambas partes.

El mayor compromiso es el matrimonio y vemos que por desgracia hoy en día el matrimonio ya sea civil o religioso se ha reducido a menos de la cuarta parte de lo que se celebraba hace 30 años.

Yo recuerdo a un amigo que se había casado cuatro veces y le pregunté si estaba feliz con su nueva mujer y me contestó: Pedro, no lo estoy, yo le dije el problema no es de tus exmujeres, el problema es tuyo que aunque te cases por quinta vez o por sexta nunca tendrás una mujer a tu gusto.

El matrimonio como la propia vida es una carrera de obstáculos que hay que ir superando. Yo cumpliré en enero 52 años de casado y lo que puedo decir es que ha valido la pena. Ha valido la pena superar a mujeres más guapas y más simpáticas que mi mujer. Ha valido la pena superar los cantos de sirena y atarse al mástil de la nave que en mi caso ha sido Dios y el amor.

Pero el compromiso va más allá del matrimonio. El mundo del trabajo es una escuela de compromiso, allí estamos la mitad de horas de nuestra vida en los cinco días laborables.

Hay diversidad de compromisos. El mundo americano lo normal es que hayas cambiado de trabajo más de ocho veces.

En el mundo japonés se retiran de la empresa que han empezado hace cuarenta años.

Yo a lo largo de mi vida empresarial he empleado a mucha gente y lo he hecho personalmente, hubo dos aspectos que eran definitivos para emplearlos.

Si eran mayores de 30 años y habían estado en cuatro empresas no los seleccionaba porque pensaba que si eran auténticamente valiosos las empresas evitaban desprenderse de ellos.Si eran jóvenes con 14 o 16 años (estoy hablando de los años 60 del pasado siglo) los que pertenecían a familias numerosas los admitía porque normalmente tienen mayor capacidad de sacrificio. La fórmula me dio resultado. Tuve siempre unos empleados trabajadores y cumplidores y unos directivos de primer nivel que nunca me abandonaron.

El compromiso va más allá del matrimonio y del trabajo: tus hijos, tus hermanos, tus primos que hay que admitirlos tal como son. En el caso de tus hijos tienes el compromiso de educarlos. No es tan fácil ni con uno ni con 11 que son los que mi mujer me ha dado. Hay que exigirles según su capacidad. La educación no es una fábrica de ladrillos que todos son iguales. Educarlos en el trabajo y la generosidad es el gran secreto.

Con mis hermanos y mis primos el compromiso siempre fue sencillo pues me lo pusieron muy fácil. A mis padres los adoraba: sus vidas y su ejemplo fueron mi gran norte en mi vida.

El compromiso con los amigos es fundamental. Los que pertenecemos a la provincia de Pontevedra tenemos fama de que los amigos es una cosa muy importante . Sabemos que no hay amigo perfecto, solo Dios es perfecto. Pero saber escucharlos, ayudarles cuando te necesitan, abrazarlos con alegría puede ser el gran secreto de tener buenos amigos.

Amor a tu pueblo, a tu región, a tu patria es un gran desafío y compromiso. Ahora estamos con la resaca del conflicto catalán. Los gallegos tenemos que aportar nuestro sentidiño.

La Tabarnia que se produjo en Cataluña con la paradoja que para conseguir un escaño en el Parlamento catalán en Barcelona hacen falta cuarenta mil votos, y en Gerona, Lérida y Tarragona con 20.000 es suficiente. Muchos de la provincia de Barcelona piensan que debían de separarse de Cataluña y no digamos los del maravilloso Valle de Arán .Todo esto es un dislate y nuestro presidente de la nación el Sr. Rajoy tiene un gran desafío. La gente joven tiene en general menos capacidad de compromiso y esto es muy peligroso. Volveríamos a la ley de la selva. Que el año nuevo sea un año de compromisos y viviremos en paz y armonía.