Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Las únicas oficinas a tope..., las del INEM

Las oficinas comarcales del INEM están a tope en este mes de octubre. Se esperaba tras el fin de la temporada turística y de la vendimia que son los sectores que absorben la productividad estival porque el comercio y la industria siguen aletargados en O Salnés, con un bostezo tan eterno y profundo que contagia a políticos y empresarios.

Los datos de Traballo no pueden ser más pesimistas porque el 40% de los gallegos que han perdido su modo de vida son arousanos de esta orilla de la ría. Nada menos que 702 familias que a las puertas de la Navidad vuelven a tener que apretarse el cinturón.

¿Cómo es posible que nadie reaccione ante tal quiebra? No basta con retórica política, sindical o empresarial. Es hora de actuar de inmediato para que el empleo en O Salnés deje de ser temporal y precario.

Pero la comarca nunca ha conseguido un tejido sólido, ni siquiera ha tenido una voz unívoca en defensa del empleo estable, en suma de unas mejores condiciones de vida, quizás por el conformismo de los ricos recursos naturales que posee: llámese mar, vino o paisaje. Queda demostrado que eso no es suficiente. O Salnés necesita también industria, comercio e iniciativas que permitan competir durante los doce meses del año.

Y eso no ocurre porque pasado el día de la estadística nadie vuelve a hablar del problema hasta la siguiente "romería", a la espera de que mejoren los resultados.

Mientras tanto la comarca se convierte en el corazón de la crisis. Amigos de Galicia, el Banco de Alimentos, Cáritas..., tienen en O Salnés sus epicentros de actividad. Algo querrá decir, a alguien debería preocupar y no solo a nivel comarcal. O Salnés se ha quedado afónico poco a poco. Los comerciantes solo se preocupan de sus campañas pueblerinas -ahora tocará el Black Friday-; los hosteleros pensarán en otra cita con las tapas y los pinchos; los empresarios discuten -o no- fuera de Vilagarcía con eso de la fusión cameral; los sindicatos, duermen en sus despachos y los políticos, almas que vagan en pena.

La situación debe remover conciencias. Arousa precisa arrancar de una vez pero no se puede permitir que vuelvan aquellos tiempos en que mandaban, dicho de un modo fino, mafiosos que aún andan por ahí.

Compartir el artículo

stats