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Ahora que todo iba viento en popa

Y mira por donde, ahora que un buen grupo de personas se echaron a la espalda, primero rescatar la entidad de su desastrosa situación económica (lo cogieron hace unos meses con veintitantos mil euros de "pufo") y, segundo, volver a darle actividad cultural y artística, como han venido haciendo desde su toma de posesión, llega el lamentable momento de tener que abandonar el sótano donde, durante seis décadas, se gestó gran parte de la cultura popular y gratuita de Marín. Ahora nos encontramos con que, de pagar seis euros de alquiler al mes, hemos de enfrentarnos, con la miseria de las cuotas sociales, a cualquier otro importe de un local que sea donde sea, tendrá un coste infinitamente superior y, por supuesto, muy peligroso para el futuro real de la sociedad. En la última asamblea de socios, con inusual asistencia suponiendo que socios de número fueran todos los presentes, se acordó dar licencia al presidente y su junta directiva para que busquen una solución factible, bien encontrando un local en alquiler asequible, bien yendo a la adquisición de un bajo en propiedad con la superficie suficiente como para desarrollar las actividades propias y albergar exposiciones, charlas o hasta conciertos, como se ha venido haciendo con bastante éxito en los últimos meses. La papeleta no es sencilla pero parece que González Dopazo y sus colaboradores está en la onda de encontrar solución.

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