Otros apuntes que aterran son la poca conciencia y visibilización de estos tipos tan variados de crímenes machistas, de los más numerosos en lo que a delitos se refiere.
Está tan interiorizado en nuestra sociedad patriarcal que, gente que incluso afirma no ser machista, lo es. Ejemplo de ello, cuando se molesta a una mujer en la calle soltándole barbaridades, algunas en forma de "halagos"; pero, señores, no son halagos; son ofensivas, nos incomodan.
Es más, si no sonreímos a esos "piropos", o incluso si contestamos, aun somos reprendidas ya de forma mucho más violenta, y tendremos que oír descalificativos como "zorra, aún por encima que te piropeo pones mala cara, puta"; cuando no, una agresión física ¿Os suena? A mí, desgraciadamente, sí. Y no os cuento si vamos a denunciar? Son varias las ocasiones en las que se ríen de nosotras, intentando hacernos ver que habíamos sido halagadas, y que el sujeto, al no obtener una respuesta positiva, "lo habría cogido en mal momento, y no hay que tomárselo en cuenta" cuando la agresión se queda "solo en verbal". Denigrante.
¿Cuándo se tomará conciencia de que una mujer sola por la calle no significa que vaya "pidiendo guerra"? Absurdo, ¿verdad?, pero está pasando. Y si, además, la mujer "va enseñando pierna", ya no habrá lugar a dudas? Tenemos miedo. Y queremos dejar de hacerlo.
Se nos enseña a vivir con ello, y ya desde nuestra más tierna infancia a tomar precauciones, a limitarnos horarios con respecto a los chicos. Incluso, a saber defendernos, lo que está muy bien; de hecho, soy de las que opina que el saber no ocupa lugar. Pero las anteriores medidas me molestan, y mucho. La solución no es esa.
La solución es tan sencilla y tan de sentido común como la de enseñar a no agredir, a respetar, a ambos géneros. Simple. Ya os decía antes que el término "educación", y lo que conlleva, me gusta especialmente.
En esta falta de conciencia se encuentra, además, que el índice de víctimas mortales de violencia machista es superior al de actos de terrorismo en nuestro país. Por lo que podemos hablar de Terrorismo Machista. ¿Creéis que seguimos siendo exageradas?
A pesar de ello, las indemnizaciones a las víctimas de violencia machista es una media de diez veces inferior a la de víctimas de terrorismo. No se entiende. ¿Exageramos, de nuevo? Como si las primeras formasen parte de un macabro e interiorizado "juego", y por tanto el reconocimiento de crimen, asesinato, no esté del todo visibilizado. Una lacra que parece no terminar nunca.
Eduquemos, pues, en igualdad y respeto para que nuestras futuras generaciones adultas logren lo que nosotros y nosotras no hemos sido capaces: una sociedad civilizada.
*Vecina de A Estrada e integrante del Colectivo Feminista Pontevedra (CFP)
