Con su tenaz lucha contra la incertidumbre el mundo de la empresa utiliza la predictibilidad como herramienta para adoptar las mejores decisiones que permitan su sostenibilidad y evolución.

Las expectativas económicas positivas para nuestro país para el próximo año están razonadas en principio porque nos vamos alejando progresivamente de la recesión económica que se produce cuando en más de tres trimestres el producto interior bruto decrece. Ahora en un año que está terminando con evolución positiva, se confirma unas razonables expectativas de que nuestra economía crecerá por encima del 3%, sujeto claro está a las vicisitudes que afectan a la confianza, que influye de forma decisiva en a la inversión privada y pública.

Parece evidente que se está produciendo una parálisis en la construcción europea, así como una cada vez mayor duda respecto sobre las ventajas de la globalización económica. Después de la decisión de pueblo británico de dar la espalda a Europa, corren vientos muy contrarios en otros países claves sobre Francia, Alemania e Italia que se verán en este año en procesos electorales con un mapa de problemas sociales, migratorios y económicos que provocan un mix de asuntos antagónicos que provoca el incremento de la peor cara del nacionalismo.

Por otra parte la política monetaria de abundancia de dinero a tipos de interés históricamente bajos parece que toca a su fin y las empresas deben cuidar sus procesos inversores pensando que el necesario apalancamiento de sus economías será más costoso por lo que la inflación volverá a formar parte de la estrategia financiera. Uniéndose al incremento de los costes financieros, repuntará los costes energéticos por la recuperación que también parece que se solidifica de los precios del petróleo y el patito feo de toda esta historia volverá a ser los costes salariales. Todo indica que frente a la contención salarial necesaria para seguir mejorando en la productividad, volverá el conflicto laboral por la insostenibilidad de sueldos bajos, tanto por la vertiente del poder adquisitivo de los trabajadores, como por el gravísimo problema de merma de la clase media, garante a través del consumo que buena parte de la economía prospere.

Tampoco podemos desdeñar el tener el ojo encima de la evolución tecnológica, dado que ya hace tiempo que la evolución lineal ha dado paso a la evolución exponencial y por tanto la robótica, la inteligencia artificial, las tecnologías de la información y la energía están acelerando los procesos de cambio y no van a tener a todos muy ocupados.

*Economista