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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El desafío

A la vista de los acontecimientos que describía ayer mismo este periódico, el norte de Portugal parece firmemente decidido a plantear, en términos mercantiles, un auténtico desafío a la naciente Área Metropolitana de Vigo y, por tanto, a Galicia. Se trata de captar inversiones y ubicación de complejos fabriles en tierras lusitanas, que incluyen firmas gallegas o con asiento en Galicia.

Hasta ahora esa competencia sólo ha supuesto una muy tímida reacción del Gobierno de España -el luso apoya decididamente los intereses de sus compatriotas-, algo mayor pero no demasiado de la Xunta y prácticamente ninguna de la moribunda CEG o las federaciones provinciales, en mejor situación pero no demasiado.

Esta vez se trata de conseguir para Portugal, y en concreto para Viana, Mangualde -donde Citroën PSA tiene ya factoría- y otras dos localidades casi en el Algarve, la instalación de una megaplanta de "Tesla Motors", empresa norteamericana especializada en coches eléctricos e híbridos. Supone una gran inversión financiera y una considerable creación de empleos que pondrían el norte luso en condiciones de competir con y por otros proyectos de automoción, sector en el que Galicia es una potencia.

Naturalmente, el Estado vecino tiene todo el derecho a optar, como lo hace España, a una potenciación posible de su economía y su censo laboral. Y para ello reúne ciertas ventajas -en concreto sobre Galicia- que no se pueden considerar despreciables. Los bajos salarios y peores condiciones de tipo laboral cuentan, y también las infraestructuras de Vigo -puerto, AVE e incluso aeropuerto- juegan a su favor.

Dicho todo ello, conviene añadir que el problema ha de enfocarse como lo que es, un asunto en el que se cruzan intereses muy importantes, pero que no genera hostilidad sino rivalidad entre dos países obligados a entenderse y a vivir juntos. Y desde una perspectiva ideal, los intereses de ambos podrían conjugarse sin que ninguno padeciera, aunque es asunto complejo que habría de enfocarse con cautela teniendo en cuenta que podría convertirse con cierta facilidad en fuente de conflictos y desavenencias.

Ahora bien, Galicia tiene muchas y muy sólidas ventajas, entre ellas la presencia de una factoría, la de Citroën PSA, que es modelo en Europa. Pero que no puede considerarse exenta de contingencias; su nuevo director general lo dejó muy claro en este periódico hace pocos días. Así, para reforzar el papel de Vigo hará falta Madrid y desde luego la Xunta, además de empresarios y sindicatos y la sociedad entera. Aparte de un poco de suerte, aunque eso no se rifa: hay que buscarla.

¿O no...?

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