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Los deberes de la Xunta en la X Legislatura

Retos económicos para el nuevo Gobierno

El planteamiento del nuevo ejecutivo gallego es claro. Su continuismo en el equipo de gobierno hace pensar también en "un suma y sigue" de sus políticas, entre ellas, las económicas. Lo anterior permite señalar algunos retos para la próximos cuatro años que, si bien parecía posible alcanzarlos en la última legislatura, la crisis económica impidió su consecución.

El comportamiento del déficit y la deuda es, en parte, el responsable de esta situación. Es evidente que el fuerte ajuste desde el lado del gasto ha posibilitado que nuestra Comunidad Autónoma haya reducido su déficit público desde el 5,4% del PIB en 2011 (2.857 millones de euros) al 0,57% en 2015 (317 millones de euros). Ahora todo parece indicar que si bien es necesario algún ajuste adicional, es el momento de que desde la Xunta de Galicia se busque la dinamización económica.

Cierto es que la evolución de la deuda pública no ha sido la esperada, ya que no ha dejado de aumentar, pasando del 12,7% al 18,7% del PIB entre 2011 y 2015, pero también los es que en el último bienio se manifiesta un esperanzador estancamiento. Esta situación posibilita que sea el momento para proponer nuevas políticas expansivas, ya que parece que hay vida más allá de perseguir la reducción del déficit. Precisamente se tendría que aprovechar que Galicia se encuentra entre las cinco Comunidades Autónomas con menor porcentaje del déficit. Hay señales para ser optimista. El incremento del techo de gasto autonómico, fijado para 2017 en 9.063 millones de euros, casi un 3% más que para el año pasado, invita a esperar actuaciones más expansivas por parte del nuevo ejecutivo gallego.

Ahora bien, este buen resultado financiero no debería llevarnos a la autocomplacencia. Galicia se va tener que enfrentarse en los próximos cuatro años a varios retos de calado. Sin duda, el primero y más importante es financiar adecuadamente su sistema sanitario y de prestaciones sociales. Somos una de las Comunidades Autónomas más envejecidas y esto conlleva un incremento del gasto público, especialmente aquel de naturaleza sanitaria y social. Este será, sin duda, el principal caballo de batalla de esta legislatura. Si esto se consigue, el resto de las actuaciones no parece que sean unas tareas demasiado complicadas.

En efecto Galicia se enfrenta, desde hace muchos años, a un grave problema demográfico que viene generando un incremento del gasto público, que se va a traducir a medio plazo en otro gran problema en el mercado laboral, la incapacidad para reemplazar pensionistas por trabajadores, dado que cada vez son menos los jóvenes que acceden al mercado de trabajo y, además, su acceso y permanencia se encuentra lastrado por una alta tasa de temporalidad, menores salarios e importantes dificultades para mantener su empleo. Lo anterior es algo que se reproduce a nivel nacional, pero en Galicia tenemos añadido el problema demográfico que dificulta notablemente la mejora laboral.

Precisamente este último punto está unido con otra realidad que es preciso señalar en el debate para el próximo cuatrienio. La convergencia económica con la media nacional nos cuesta mucho. La mejora económica que llevamos experimentando los últimos dos años ha permitido recuperar casi la mitad de la riqueza que se perdió con la crisis, pero aún no es suficiente. Es necesario aprovechar la mejoría en las condiciones económicas internacionales, para volver a situarnos en la senda de convergencia con la media nacional, pero a una mayor velocidad. En estos momentos el panorama internacional invita a ello, eso sí, hay que saber aprovechar la coyuntura económica, ya que no se sabe si durará mucho.

Por otra parte, hay que intentar cambiar nuestra estructura productiva. Sé que es difícil y que esto va implicar muchas inversiones, pero no podemos seguir siendo tan dependientes de un hipertrofiado sector servicios. Desde la Xunta de Galicia se debería apostar por conseguir un sector industrial competitivo, que genere mayor valor añadido a nuestra economía y un empleo de mayor calidad. Para eso hay que destinar más recursos a la I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación) y poner en valor nuestro importante capital humano.

En este sentido haría falta introducir mejoras en el Plan de Financiación del Sistema Universitario de Galicia, que apuesten mucho más por la I+D+i desde el ámbito universitario, que son las principales instituciones investigadoras de Galicia. Y lo mismo para el sector privado. No hacerlo nos abocará a ser una economía dependiente, cada vez más, de un sector servicios, que no es capaz de mejorar nuestros indicadores económicos.

Galicia destina únicamente el 0,87% de su PIB a la I+D, cuando el objetivo era que en 2020 supusiera el 3%. Si queremos que nuestra economía mejore a un mayor ritmo, hay que poner los medios para hacerlo, y la apuesta por la I+D no es que sea recomendable, es una necesidad. En buena medida, nuestra convergencia económica con la media nacional depende de ser mucho más generosos con este tipo de políticas. Veremos si Galicia es capaz de salir del vagón de cola del tren de la recuperación económica o si seguimos esperando a mejores tiempos.

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