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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

El reproche

Sin otra intención que la de expresar una opinión, hay que saludar sin complejos el reproche que el presidente de la Xunta ha enviado hacia "jueces y fiscales" tras hacerse público un dato preocupante: de 42 detenidos como presuntos incendiarios de montes, sólo uno está en la cárcel. Y es obvio que no reclama prisión para inocentes, pero desde luego sí la mejora de los sistemas que permitan reforzar las pruebas y, posiblemente, también cambios no tanto en las leyes como en la aplicación de las vigentes.

El señor Feijóo, tras un verano en el que Galicia ha vivido una serie de fuegos forestales devastadores, y tras comprobarse que una inmensa mayoría han sido provocados, tiene derecho a expresar su opinión y reclamar -en el fondo- que se luche en terreno judicial contra esa plaga de una forma más efectiva. Y quizá haya huecos en su demanda que a él mismo corresponda llenar, pero esa eficacia es del todo necesaria.

Lo que podría discutirse, y ya se hizo, es la idea que formuló el jefe de la Policía Autonómica y que el presidente apoya: que se prohíba a los incendiarios el acceso al monte. Pero eso supondría la demostración previa de que cometieron un delito y la restricción sólo podría hacerse efectiva tras sentencia firme. Y al paso que van los tribunales con las cifras que se han publicado, el alejamiento y su control podría realizarse ad calendas graecas.

Está cada vez más claro que el dispositivo de la Xunta contra la quema de montes tiene aciertos notables, pero también defectos importantes. Entre estos el refuerzo de los recursos que, en materia de prevención, se necesitan para agilizar y fortalecer los métodos de investigación, e información global, de modo que probar los hechos no sea tan difícil como ahora.

Es cierto que para conseguirlo se necesita lo que Lord Churchill dijo imprescindible para ganar las guerras: "money, money and money". Y esta batalla contra el fuego exigirá bastante, pero un análisis serio -y estricto- de donde sacarlo puede demostrar que lo habría si todos se ponen a ello. Algo que, desgraciadamente, requiere un talante y una disposición que no existe, o por lo menos no se demuestra lo suficiente aquí y ahora. Pero que se puede "fabricar" si hay voluntad.

Así pues, no estará de más añadir que el reproche del presidente, muy mal acogido por los destinatarios -a quienes no les gusta que los critiquen y dan la impresión de situarse au dessus de la mêlée cuando no debiera ser así-, era necesario. Pero no sólo en la cuestión de los incendios, sino en lo que muchas veces parece injerencia de los tribunales en un mundo que no es el que le corresponde: la política.

¿O no...?

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