Alejémonos y sigamos navegando cuando los caprichosos vientos del 'zapping' nos arrastren a los acantilados de "Hable con ellas" (noche de los lunes -antes los domingos- en Telecinco). Y, cuando las azarosas corrientes de la apatía nos empujen contra los escollos de "Amigas y conocidas" (mañanas de La 1), maniobremos para seguir nuestra singladura por aguas más tranquilas. No seamos amigos ni conocidos de las amigas y conocidas de "Hable con ellas". No hablemos con las ellas de "Amigas y conocidas". Para huir no es necesario tapar los oídos como hizo Ulises con el dulce canto de las sirenas. Basta con aplicar a estos graznidos horrísonos las últimas palabras que pronunció en directo José Luis Moreno cuando hace dos años abandonó enfadado el plató de "Hable con ellas": "Señoras, amigos? ¡no habléis con ellas!".

Las esforzadas suplentes veraniegas de "Amigas y conocidas" aprovechan este formato de mesa camilla tan de Telecinco como escaparate para dar el salto a más altas cotas de miseria. El otro día, dos colaboradoras se insultaban llamándose pijas. El logo de La 1 lloraba en la esquina. Y el niño Jesús del Dios de las televisiones ni te cuento.

Las actuales integrantes de "Hable con ellas" sobreviven en un programa cambiante enfrentándose a lo que les manden. La semana pasada recibieron a Fernando Arrabal e intentaron subir la audiencia escandalizándose con sus irreverencias. Arrabal se tomó algo que anunció como droga. Ellas también lo tomaron para demostrar que no era así. Está bien saberlo: si alguien toma algo en Telecinco es que no es droga.

Esta noche, Moreno se tragará sus palabras y hablará con ellas en "Hable con ellas". Querrá limpiar su imagen entregando las 25.000 pesetas por las que huyó cuando Yolanda Ramos le reclamó que no había cobrado una colaboración en "Noche de fiesta" en la que, encima, trabajó sin contrato:

-"Si usted me las paga, yo las dono", desafió ella.

-"Dalo por cobrado", se defendió él.

Quien paga, descansa; pero quien cobra, más. Quizá esta vez pague en vez de solo anunciarlo. Las chicas deberían morder el talón para comprobar que es de verdad y no está hecho con droga.