Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Personas, casos y cosas de ayer y de hoy

Añadimientos en unas Navidades revueltas

Las Navidades serán siempre las Navidades, unidas a la Navidad, esto es, al nacimiento de Jesús, con todas los contenidos buenos que tiene incluso para los que dicen no creer en nada o no saben ni respetarlas. Pero lo cierto es que el Advenimiento en 2015 no ha acaecido de modo feliz. Ningún bien nacido puede dejar de conmoverse por las horribles acciones terroristas que estremecen al mundo y por los que es justo que expresemos nuestras condolencias a los franceses y a todos los pueblos que las padecen. En España tenemos también una larga y triste experiencia del desafuero del terror interior, que hemos soportado durante largo tiempo, si bien, ¡por fortuna!, parece haber finalizado. Dios quiera que estas Navidades traigan una pronta solución a tanta crueldad y se imponga la razón y la paz para todos.

Nuestro país está en elecciones, lo que conlleva soportar con serenidad la propagada de los partidos. Entre razonables mensajes, que también los hay, proliferan las promesas increíbles, los "buenismos" de los que perdonan en nuestro nombre, los "redentores" e "iluminados" no solicitados, los energúmenos amenazantes, los chulos arrogantes y perdonavidas, las pretensiones de imposiciones minoritarias y un sinfín de "paridas"-un ejemplo sería suprimir hasta el nombre de Navidad-. Para lograr nuestra aquiescencia se dirigen a nosotros con un lenguaje tan primordial, que no acierto a comprender si es que nos toman por bobos o por niños (nivel medio de 13,7 años, según el test de Flesch-Kincaid -algoritmo que mide la complejidad de lo expresado). ¡Y aún peor! Muchos de los políticos desconocen la higiene del idioma. En unos casos mutilan los vocablos y en otros los inventan hasta el punto de convertir en uso una ridícula jerga. Finalmente, para más aderezo, se disfrazan de señoritos o de pobres y se cortan o se dejan la coleta según el potencial electorado. ¡Ya está bien! Analicemos programas -si es que los tienen-, candidatos y mensajes, y votemos en consecuencia y libertad. ¡Es la grandeza de la democracia real! Solo nos queda acertar en la elección.

A pesar de las elecciones, durante las Fiestas Navideñas muchos disfrutan de más descanso, lo que lleva a sentarse más tiempo frente al televisor o a leer más prensa y revistas. Si así lo hacen nuestros lectores, eviten a los detestables "pedorros" y "pedorras" de la televisión "basura", que viven del cuento y venden su propia y escabrosa intimidad, unas veces real y otra imaginada, y marginen a los "tertulianos entendidos" sin acreditación curricular. Por el contrario, deténgase ante algún programa sobre libros o sueltos sobre qué leer -son enriquecedores- y escojan la lectura más adecuada para la época o para hacer un obsequio. Yo me atrevo a recomendarles un libro y una biblioteca donde encontrarlos. Y me atrevo también a reflexionar con ustedes sobre otros asuntos acaecidos en este año que ya se acaba.

Un libro de cuentos

El libro es de Noel Daniel, una editora sensacional, con especial dedicación a los cuentos. En mi calidad de abuelo que ya espera a su nieto número trece me gusta que los niños se sumerjan hoy como siempre en la trama y las ilustraciones de los cuentos, lo que les permitirá hacer suyas aventuras que posiblemente nunca vivirán, ¿o sí? Para ello es necesario regalarles un cuento, o incluso varios. Ahora que se acerca el invierno, a pesar de que oficialmente no comienza hasta el 22 de diciembre, Noel Daniel, editora de Taschen, nos ha facilitado el regalo con un volumen de 13 cuentos que se desarrollan en clima frío y con pasajes áridos. El título es Cuentos de invierno. Historias tradicionales de todo el mundo. Fueron escritos entre 1832 y 1972. "Son los tenues suspiros de las emociones humanas frente al frío, historias que calientan el corazón y la mente y seguramente harán volar la imaginación de niños y mayores por igual".

Una biblioteca

La visita sugerida es a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos. Nació en 1800 en Filadelfia. Luego se trasladaría a la nueva ciudad de Washington hasta que fue destruida durante la guerra anglo-estadounidense. Renació en 1815 partiendo de los libros que, durante cincuenta años, había acumulado Thomas Jefferson, quien además sería su primer responsable. Después crecería rápidamente hasta ocupar tres edificios en la colina del Capitolio (el Jefferson, el John Adams y James Madison. Incluye 158 millones de documentos, 37 millones de libros (de los que 5.600 son incunables), 68 millones de manuscritos y millones periódicos, publicaciones, fotografías, películas, mapas, partituras y grabaciones. Es posiblemente la mayor biblioteca del mundo y la "biblioteca del último recurso". Los libros están en cerca de 500 idiomas. Tiene 29 salas. Una de ellas la creó en 1939, la Sociedad Hispánica de América y se denomina la Sala Hispánica de Lectura. El recinto guarda una de las mejores colecciones de las obras de Cervantes del mundo, que incluye un ejemplar de la edición príncipe de El Quijote de 1605 y traducciones a 33 idiomas, entre ellos el gallego. No es, ni mucho menos, el único libro en nuestra lengua. En su Archivo de la Palabra, distintas personalidades gallegas han dejado grabadas su voz, entre ellas Camilo José Cela. Lo español y lo gallego de la biblioteca norteamericana es importante y requiere al menos un suelto, que sin duda un día le dedicaré. Imposible recorrer sus mil kilómetros de estanterías o incluso para la mayoría acercarse allí. Sin embargo, si no pueden llegar físicamente a la capital americana, es posible acceder a sus contenidos, gracias a los miles de libros, fotografías, mapas, grabaciones y documentos digitalizados en línea que se pueden descargar y leer gratis. El organismo facilita un pasaporte para la visita física o para navegar a través de la biblioteca virtual desde su universidad, su escuela o sus casas, mediante un simple clic.

Jubilaciones periódicas

En estos últimos tiempos han dejado nuestra amada profesión pediátrica muchos compañeros de empeños y logros: Javier Casares, Fernando Diéguez, José Manuel Tabarés, Pablo Fariña, Alicia López, Augusto Viso y Arturo Fuentes. Muy pronto lo harán Carlos García y Alfredo Do Forno. No se marchan por incapacidad, ni creo que lo deseasen, al menos la mayoría. Lo hacen por "jubilación decretada", cinco años antes de la edad tradicional y recomendable para un médico. Se ven obligados a dejar la profesión precisamente cuando están en plenitud física e intelectual y cuando su sabiduría y larga experiencia podrían ser más beneficiosas para los niños ourensanos. Todos los pediatras enumerados nacieron con el Hospital Materno Infantil "Infanta Elena" y siendo yo su Jefe de Departamento. Varios "profesaron" conmigo, pues fui el director de su formación en Pediatría. No encuentro otra palabra mejor que "profesar", aunque sin hábitos, porque se entregaron con ganas a su profesión, cumplieron y me hicieron fácil el trabajo. Sus jubilaciones me producen dolor y ansiedad. La ansiedad de no saber si ha habido tiempo para formar con suficiencia a otros para que los sustituyan en sus subespecialidades.

El último que despedimos, ahora en el mes navideño de diciembre, fue Arturo Fuentes Varela, responsable durante 32 años de los niños ourensanos enfermos de cáncer. Varios centenares de niños afectos de diferentes tumores fueron atendidos eficazmente por él y se evitó su desplazamiento a buscar soluciones fuera de Ourense. Pero para poder hacerlo, tuvo que recibir antes adiestramiento, y durante largo tiempo permaneció en el correspondiente servicio del Hospital Vall d´Hebrón de Barcelona, becado por el Fondo de Investigación Sanitaria y bajo la dirección del profesor Juan José Ortega Aramburu. Para él fue un sacrificio, pues tuvo que dejar varios meses hogar y familia. Pero no hubo, por lo tanto, improvisaciones sino previsiones. Los que le despedimos estábamos tristes, y más lo estarán los niños y sus familias. Arturo se sentía legítimamente satisfecho por lo hecho. Nada más lógico y justo. A su labor asistencial sumó la vertiente humanizadora cristiana, justa y solidaria que ha inspirado su vida y su trabajo, avalado por el título de "Experto en Bioética Sanitaria". De ello queda constancia en los Comités Deontológicos del Hospital y del Colegio Médico, que presidió por elección, con habilidad y mesura, durante largo tiempo.

Santa Teresa

Y finalizo con un lamento. Se me escapa 2015, sin haber tratado, desde la perspectiva médica, a Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada -más conocida como Santa Teresa de Jesús o Teresa de Ávila- (Ávila,1515 - Alba de Tormes, 1582). Este año se ha celebrado el V Centenario de su nacimiento y por ello el Papa Francisco concedió el Año Jubilar Teresiano. Santa Teresa fue reformadora, fundadora de las Carmelitas Descalzas, cumbre de la mística espiritual cristiana, extática, doctora de la Iglesia Católica y una gran escritora. Nadie pone en duda sus extraordinarias inteligencia, capacidad y santidad fuera de su tiempo. Sobre ella afirmó la escritora y filósofa francesa de origen búlgaro Julia Kristeva (Silven. Bulgaria, 1941): "La escritura representó para ella una vía de análisis y exploración de sí misma y de su unión con Dios". Mucho antes, Fray Luis de León dejó escrito: "La madre Teresa, en la alteza de las cosas que trata, excede a muchos ingenios, y en la forma de decir y en la pureza de su estilo y gracia deleita en extremo; dudo yo que haya en nuestra lengua escritura que con ella se iguale".

Sin embargo la salud de Teresa de Jesús no se correspondió con su excepcional capacidad y trabajo. Uno de sus médicos, Antonio Aguiar de Burgos catalogó a Teresa de Jesús así: "Este cuerpo es un arsenal de enfermedades". Cuestión distinta es querer encajar sus expresiones místicas y de santidad en erróneas, a veces disparatadas y muchas veces maliciosas, interpretaciones diagnósticas de toda índole. El que les escribe estudiará otro día las diferentes hipótesis, algunas bien fundamentadas.

Compartir el artículo

stats