La Xunta reconoció en 2012 la discriminación que sufrían los aficionados vigueses, que solo disfrutaban dos veces al año de la oferta sinfónica subvencionada con el dinero de todos gallegas. Se dio el primer paso, ampliando a 14 las citas de las dos orquestas "de Galicia" y se acordó un progresivo aumento. Tres temporadas después, lejos de crecer, su presencia cae. Lo hace "por cuestiones económicas". No será en lo que respecta a la aportación autonómica, que se mantiene en 2,9 millones. Y, a pesar de ello, resulta curioso que el único damnificado sea el público vigués. El asombro crece cuando, ante esto, la Xunta justifica ahora que la prometida subida estaba vinculada a que el Concello sacara la cartera. Curiosa manera de entender Galicia, pagar a dos orquestas sinfónicas con sede en la misma provincia.