Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Los detalles

Pues la verdad es que, dicho desde el máximo respeto para la opinión de cada cual, no parece de recibo que desde lo que sus promotores proclaman con exagerado optimismo "unidad popular" se anatemice a quienes rechazan integrarse en ella. Y menos que para argumentarlo mezclen la velocidad con el tocino como ha hecho el alcalde de A Coruña, que reprocha al Bloque "falta de compañerismo" por negarse a entrar en el invento.

Sin la menor intención de prestarle a la posición del BNG un apoyo que ni pide ni necesita, resulta evidente que en su negativa hay bastante mas coherencia que en la invitación. Algo que quizá suene aventurado teniendo en cuenta que no se conocen del todo los detalles del diálogo ni de la ruptura, pero que puede deducirse de las señas de identidad de cada cual. Y, desde luego, de la historia -y de la trayectoria- de los grupos en presencia.

Y no se trata, conste, de exhibir curricula ni de medir sólo servicios prestados. Pero a la hora de considerar lo que en términos electorales es relevante conviene no olvidar que el Bloque es lo que es, propone lo que propone y defiende lo que cree desde hace decenios. Y la parte contratante de la otra parte acaba de nacer y solo es aún una mezcla entre teóricos políticos de diferentes niveles y gestores públicos de segundo orden, sin ánimo peyorativo.

Es cierto que la antigüedad en el oficio no implica una ventaja -aunque se acepte que la experiencia es un grado- ni la relativa bisoñez un defecto. Pero en asuntos en los que los ciudadanos se apuestan si no las vidas desde luego sus haciendas, hay que saber el máximo posible de datos para decidir con quién finalmente se juegan los cuartos. Para evitar sorpresas desagradables.

Es por eso por lo que conviene que nadie haga trampa para rebañar votos insinuando que quienes no se suman a su propuesta es por egoísmo y no por cautela. Y a la vez procede exigir a los que acuden al mercado electoral que expliquen sus ofertas al por menor y con detalle, porque de lo que se habla no es de gobernar ciudades, por importantes que sean, sino de hacerlo -o contribuir a ello- con el Estado.

La exigencia de claridad es tanto más importante cuanto que, como ya se dijo alguna vez, la "unidad popular" suma en Galicia lo que en otras partes de España se divide -desde Podemos a IU- y eso, que en otra ocasión y lugar podría entenderse, tiene mala lectura en las Cortes Generales. Y como en este antiguo Reino ya se han vivido -y padecido- demasiadas chapuzas, no cabe alegar que una más no importaría: sí que importa y, además, esta vez importa mucho.

¿O no...?

Compartir el artículo

stats