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La Cámara, un frontón

El Debate del Estado de la Autonomía, el último de la legislatura, a dos meses de las elecciones generales, volvió a servir para escenificar que la política es en la mayoría de las ocasiones un diálogo de sordos, y no será porque nuestros políticos no le den a la sin hueso.

El debate, se supone el de mayor calado de la Cámara autonómica, en el que el Gobierno hace balance y fija hoja de ruta, y la oposición ofrece su alternativa, se saldó sin apenas acuerdos, y ninguno de calado. PP y oposición fijaron posiciones y de ahí no se movieron. El Parlamento se convirtió en un frontón, donde los discursos rebotaban sin efecto sobre el receptor. No se acercaron posiciones y los acuerdos alcanzados fueron nimios, de corto alcance. Si complicado es el acuerdo entre el PP y la oposición de izquierdas y nacionalista, se antoja imposible cuando el ambiente preelectoral lo contamina todo. No hubo concesiones de cara a la galería. Los grupos de la minoría querían evidenciar la soledad del partido en el poder, al rechazar el grueso de sus propuestas, incluida la reforma fiscal o el cheque bebé de cien euros al mes. Y al revés. El PP respondió con una negativa a la gran mayoría de las iniciativas de la minoría por ser incompatibles con su ideario o por ser "inconcretas" y "contradictorias".

El Debate fue el escenario elegido por el presidente de la Xunta para esbozar las grandes líneas de su reforma fiscal y 'vender' una recuperación económica que ahora le permite desterrar la palabra ajustes de su discurso y aflorar ayudas a la natalidad. En su reconquista de las clases medias, Feijóo proseguirá esta semana exprimiendo al máximo los 400 millones adicionales que tendrá Galicia en 2016 con la aprobación el lunes en el Consello de los Presupuestos de la Xunta y su entrada en el Parlamento el martes para su debate y aprobación. Los sindicatos intentan enfriar su optimismo, poniendo en duda de dónde sale tanto dinero de repente y sospechando cierto tufillo electoral. Hasta deben lamentar, quien lo diría, que el FMI no revise las cuentas gallegas para poner en solfa tanto gasto, igual que ha hecho con los Presupuestos del Estado.

Tuvo una buena semana el líder del PPdeG, sobre todo en comparación con la semana negra de sus compañeros del PP en Madrid (dimisión de Quiroga, los excesos verbales de Montoro y las contrarréplicas de Margallo, ...) y del líder del PSdeG. Si pudiera Besteiro seguro que la borraba del calendario. Hay días en que uno no debería levantarse de la cama, pensó en más de una ocasión esta semana el secretario xeral del PSdeG. La peor jornada fue cuando se hizo público el auto de la juez Pilar de Lara, un auto que limita sus aspiraciones a ser candidato a presidente de la Xunta. La magistrada amplía investigaciones sobre la compra del piso de Besteiro y mientras continúa imputado, lo que lo aminora sus opciones de perfilarse como alternativa a Feijóo. La situación se le complicó cuando su letrado, al anunciar que recurrirá la decisión de De Lara, soltó que el secretario xeral no será candidato si se le mantiene la imputación. Intentó después deshacer el entuerto, pero el lío de un anuncio político que a él no corresponde ya se había armado, sobre todo porque sotto voce en el PSdeG dan por hecho que Besteiro no tendrá más remedio que renunciar si no se resuelve su situación judicial antes de que el PSdeG convoque primarias para elegir cabeza de cartel a la Xunta. Y ya saben que la Justicia en este país va lenta y Pilar de Lara no acostumbra a tomar decisiones precipitadas. Tardó tres años en inhibirse del grueso de la Pokemon.

No es el único quebradero de cabeza de Besteiro. Su secretario provincial en Lugo y antaño hombre de confianza, Juan Carlos González Santín, que no había quedado en muy buen lugar, tras la rebelión de un alcalde que temporalmente brindó la Diputación al PPdeG, dimitía, pero no sin antes exhibir sus diferencias con el líder. El dolor de cabeza puede convertirse en migraña si le añades las tensiones entre socialistas y nacionalistas para conformar el gobierno provincial que acaban de recuperar vía moción de censura.

La semana de martirio de Besteiro concluye con cierto alivio. La depuración de las candidaturas del PSOE de Ourense, provincia controlada por Pachi Vázquez, juega a favor del líder gallego, que se quita de en medio a quienes han jugado a la contra, y beneficia también a Pedro Sánchez, que limpia las listas de colaboradores de Madina, aunque no debe olvidar que un partido fracturado y tensionado no está en condiciones de cosechar los mejores resultados en Ourense el 20-D.

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