En plazo breve, el Ayuntamiento y los vecinos de Redondela van a recibir una donación emblemática en el campo del patrimonio artístico gallego: la colección de loza de Sargadelos que Adriano Marques de Magallanes comenzó a reunir hace más de cincuenta años.

No es necesario explicar en este periódico por qué la loza de Sargadelos es importante para Galicia: todo habitante de esta tierra tiene una idea, cuando menos aproximada. Ubicada la Real Fábrica en el pazo lucense de ese nombre, decoró las mesas de esta tierra durante los casi cien años que duró la producción y aún mucho después, hasta que sus piezas pasaron a ser preciados objetos de colección. Pero aún antes, yo recuerdo haber oído a alguien cercano a mi familia: "esto es bueno porque es Sargadelos". Tal era la consideración que, incluso cuando se usaba, tenía una pieza y más aún una vajilla de la reputada fábrica lucense.

Sus piezas blancas al principio, fueron diversificándose en multitud de objetos en lo que se llama la segunda época, para pasar después y ya hasta el final, a vajillas y otras piezas decoradas con la clásica copa, o con vistas de ciudades españolas o americanas, con escenas imaginarias o de obras de nuestra literatura, en colores que van del negro al violeta, casi todo el espectro. Pues bien, esto y mucho más tiene la colección Marques de Magallanes, a mi entender la mejor colección privada de España. Son más de 160 piezas, no repetidas, de todas las épocas, e incluso algunas de ellas de extraordinaria rareza.

Siendo yo modesto coleccionista precisamente por consejo y con el asesoramiento de Adriano, he apreciado en primera persona, muy de cerca, cada una de las piezas de esta colección, así como toda ella en su conjunto. Ayudé a desembalarla cuando, por fin, su feliz propietario se decidió a ponerla en el comedor de su casa. Toqué cada una de sus piezas; más que tocarlas, las acaricié y disfruté como su dueño de tal oportunidad que me deparó el destino. Una fotografía allí tomada de los tres -incluyendo a Rita Regojo, su inolvidable esposa- decora mi despacho, con lo que puedo admirar la colección todos los días.

¿Por qué Adriano Marques de Magallanes se decidió a donar tan valiosa colección? Sin pretender abarcar la totalidad, sí conozco varios motivos. El primero, su entronque con Redondela. Allí contrajo matrimonio con Rita, andando el tiempo hija predilecta del municipio. Allí fundó su empresa Partenón, en un pequeño local que luego se transformaría en empresa puntera en el ramo de los tejidos especiales, con sucursales incluso en Portugal. Cuando fue diputado en el Congreso, defendió a la plantilla de la fábrica Regojo ante la amenaza de su deuda con Hacienda ?

¿Hay más? Pues sí que lo hay: en Redondela, parroquia de Cesantes, pasa los veranos junto a su familia. En Redondela Dios llamó a su santa esposa junto a sí. Y allí gustan Adriano y su familia recibir a un montón de buenos amigos que van a pasar un momento junto a ellos.

Hay más, pues aún queda algo por decir. Adriano siempre pensó -y en ello Rita estuvo por completo de acuerdo- que su colección, esfuerzo de toda una vida de afán por el patrimonio artístico gallego, no debía perder su unidad, sino conservarla para que perdurase en el tiempo como testimonio, mudo pero muy hermoso, de uno de los mejores productos artísticos de esta tierra. Y una vez decida la unidad de la colección, fue extremadamente fácil decidir dónde se ubicaría: en Redondela, ¿dónde, si no?

Ha hecho bien el Ayuntamiento en aceptar la donación. Seguro que hará lo que corresponde para establecer un emplazamiento digno de tal joya. Porque, como dije al principio, el gesto muy generoso de Adriano es, por su consecuencia, un honor para Redondela.

*Catedrático y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia. Ex Senador