El golpear de las olas es un espectáculo que atrae y que provoca al año demasiados accidentes. En esta ocasión, este espectador de Pescadoira, en Bueu, solo se llevó un baño de agua fría que, todo hay que decirlo, aguantó con mucha dignidad. El hombre desaparece después en medio de la espuma que deja el mar.