Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

tRIBUNA LIBRE

Aplicación de la ordenanza de veladores

No se entiende la total falta de actuación, tanto de la anterior corporación municipal como de la nueva, sobre el desmadre producido con la invasión de terrazas en nuestra ciudad, con total desprecio del derecho preferente al espacio público por los ciudadanos, y menos aún las razones aducidas por los representantes municipales para justificar su inacción, cuando este asunto se ha convertido en uno de los principales problemas de la ciudad.

Son inaceptables sus repetidas declaraciones de que se precisa una nueva ordenanza reguladora y que, una vez consensuada y aprobada, entonces sí, se aplicará con rigurosidad, pues la existente es muy antigua y obsoleta, lo que no es totalmente cierto. Esta ordenanza es del año 1997, no de los tiempos de cuando reinaba Carolo, y no está derogada, siendo por tanto la que, de momento, tienen el deber y obligación de aplicar, mientras no se apruebe otra que la anule y substituya. El no cumplir las normas vigentes no es democrático ni legal. Así es la cosa. Su incumplimiento intencionado por nuestros representantes municipales, así como otras disposiciones de rango superior que tienen que ver colateralmente con este asunto, pueden dar lugar a responsabilidades de diverso tipo, que todos sabemos como se denominan y lo que conllevan.

El actual equipo municipal ha recibido como herencia en este aspecto un tinglado monumental, hay que reconocerlo, pero sus integrantes se presentaron a la elección libre y voluntariamente, siendo votados para que pudieran desenmarañarlo, porque prometieron solucionar los problemas de la ciudad, y ahora no pueden escudarse en que lo harán cuando elaboren y se apruebe la nueva ordenanza, pues hasta que eso suceda estarían actuando con conocimiento y consecuente consentimiento de las numerosas irregularidades existentes.

Es evidente que es necesaria una nueva ordenanza, más desarrollada que la actual, pero esta última contiene unas cuantas normas básicas que a buen seguro continuarán persistiendo en la futura, suficientes, si se aplican, para solucionar una parte importante de la caótica e insoportable situación que padecemos en estos momentos. Además, así se posibilitaría la progresiva adaptación de los hosteleros. Si no se cumple ni se hace cumplir la vigente, se está cometiendo una clara dejación de responsabilidades y dando convincentes argumentos para que tampoco se respete la nueva en su día.

Así que, alcalde y concejala con competencia en la materia, pónganse manos a la obra, ya, a partir de este momento, sin mayor dilación o consideración. Están obligados y es necesario. Comenzando por ordenar ipso facto la retirada de las terrazas sin licencia, que en algunos casos invaden aceras e incluso calzadas con tráfico de vehículos. Continuando por revocar o actualizar las licencias concedidas saltándose la legalidad imperante, bien por no estar situadas en lugares o emplazamientos autorizados en relación al de sus establecimientos, bien por habérseles aprobado un mayor número de veladores del correspondiente a la superficie de su local o a los impuestos con los que contribuyen al erario municipal; y también a las que se emplazan, sin la menor consideración, en las zonas naturales del tránsito peatonal. Y terminando por sancionar a los establecimientos legalmente autorizados pero que se exceden en la instalación del número de veladores autorizados o los colocan en lugares inapropiados.

Y una cosa más, muy importante, comenzando por aplicar lo que corresponda de lo anterior, para dar ejemplo y si es el caso, a los propios representantes municipales y demás personal municipal que puedan estar relacionados directa o indirectamente con establecimientos hosteleros, pues de lo contrario no servirá esta ni mil nuevas ordenanzas.

Estoy convencido que de actuar así, con información, exponiendo a la ciudadanía la necesidad y decisión de actuar, acompañada de legalidad y autoridad, los vecinos de Ourense sabrán agradecerlo y reconocerlo. La nueva política municipal no puede basarse únicamente en el diálogo y consenso, aspectos en los que el alcalde actual está demostrando capacidad y ganas. La limpieza, otro aspecto en el que se nota una notable mejoría, no puede limitarse a las calles y plazas de la ciudad, a veces hay que realizarla también en otros ámbitos menos manifiestos, tomando determinaciones firmes.

Compartir el artículo

stats