Vigo forma parte del selecto club de ciudades con zona franca, solo seis en todo el Estado. Su músculo económico y el de su área va aparejado al Consorcio y medio millar de empresas están instaladas en sus parques. PSA-Citroën habla por sí sola. Con un tejido industrial fuerte y diverso y liderazgo en automoción, pesca y naval, cabría pensar que el comité ejecutivo de Zona Franca fuese un espejo de esa coyuntura. Los estatutos lo reflejan. Y sin embargo desaparecen los representantes de las empresas y suben los políticos. La ecuación falla.