Es verdad que las empresas gallegas y españolas siguen padeciendo fuertes restricciones al crédito que dificultan significativamente su actividad. Por un lado, las entidades financieras están compensando sus excesos en el pasado y siendo muy selectivos y exigentes (en precio y condiciones) a la hora de conceder nuevos créditos. Esto ayuda a explicar la aparición de plataformas de trueque entre empresas (Trocobuy, Trocobank?); el mejor ejemplo de que algo está fallando en el mercado del dinero y la intermediación financiera.

Pero también es verdad que el nivel de endeudamiento de las empresas españolas es alto en perspectiva comparada, consecuencia de la burbuja inmobiliaria pero también de la tradicional dependencia de las empresas españolas del crédito bancario frente a los recursos propios u otros tipos de endeudamiento. Un reciente estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas sobre endeudamiento y estructura financiera de las empresas españolas elaborado por los profesores Maudos y Fernández de Guevara pone cifras a estos rasgos. El cuadro adjunto, tomado del trabajo, pone en evidencia también que las empresas de construcción y actividades inmobiliarias concentran los problemas: sus gastos financieros superan sus ingresos netos.

Desatascar la situación no va a ser fácil. Escándalos como el de Gowex arruinan la credibilidad de herramientas de capitalización empresarial como el Mercado Alternativo Bursátil. Pero hay que buscar soluciones. Sobre todo, para que las empresas con menores problemas de endeudamiento y buenos planes de negocio no padezcan por los excesos de otros. En Galicia es un buen momento de que Abanca demuestre su capacidad e implicación.

*Director de GEN (Universidade de Vigo)

@SantiagoLagoP