El reinado de Su Majestad, el Rey Juan Carlos, pasará a la historia por su papel en la transición política; pero también por ser la etapa de mayores conquistas económicas y sociales. Además del fenómeno terrorista que se ha resistido en fenecer, la crisis económica, con origen en la crisis del sistema monetario internacional con base en el dólar, el encarecimiento de los recursos energéticos y la valorización de los recursos naturales, forma parte de las principales preocupaciones de los españoles, y de los economistas españoles, en el último tercio del s. XX. Los pactos de la Moncloa, firmados en octubre de 1977, tienen su antecedente más inmediato en el Plan de Estabilización de 1959.

La ciencia económica estuvo ausente en las universidades españolas, según nos alertaba Keynes en una conferencia suya en Madrid, en 1930, hasta que, en el curso 1943-44, se constituye la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de San Bernardo, en Madrid. En 1947 y siguientes se licencian colegas y maestros de la talla de José Luis Sampedro, Varela Parache, Estapé, Fuentes Quintana, Barea o Velarde Fuentes, afortunadamente vivos todavía los dos últimos.

La transición política de los años 70 tiene, pues, su antecedente en la sustitución del modelo productivo de los años 50, también del siglo pasado. Según el Prf. Fuentes Quintana, el modelo "castizo" de la autarquía posbélica que siguió a 1939 dio lugar, en 1959, veinte años después de continuados sacrificios de toda una generación de españoles, a la apertura al exterior al período de más intensa industrialización de la economía española. Todo lo demás fue un compás de espera hasta que la Constitución de 1978 nos abre el camino al Merado Común, hoy Unión Europea. Algunos economistas, como otras muchas víctimas, pagaron un alto precio por su amor por la Paz, caso del catalán Ernest Lluc o el gallego Blanco en Euskadi.

Junto a la modernización de la actividad económica, la profesión de economista se ha ido perfilando, y consolidando, como hoy la conocemos, equiparable y reconocible en los países de nuestro entorno. La promulgación de la Constitución; los Pactos de la Moncloa, bajo la dirección de Fuentes Quintana en lo económico; el Acuerdo de Adhesión de España y Portugal a las Comunidades Europeas en 1985, soñado por López Rodó desde 1956; el Pacto de Toledo en la sustentabilidad de la Seguridad Social pública a la que el Prf. Barea dedicó una parte de su magisterio, forman parte de los más fructíferos, en lo económico y social, del reinado de Juan Carlos, Rey. La figura del monarca que acaba de abdicar, como persona humana reúne no pocas virtudes y algunos defectos derivados de tal condición. Si, en lo político, ha contado con el apoyo de Fernández Miranda, en lo económico López Rodó ha sido su principal mentor en la formación civil del Rey. López Rodó, con sus Planes de Desarrollo, y Navarro Rubio en el Ministerio de Comercio habían osado modernizar e internacionalizar la economía española en pleno régimen del general Franco con la complicidad de no pocos profesores como Sardà i Dexeus y los economistas de la generación de 1947.

*Decano del Colegio de Economistas de Pontevedra