"Dios mío, mi corazón está firme; para ti cantaré y tocaré, gloria mía". Me pareció que Benigno Campos "Larpeiros" entonaba ese salmo de acción de gracias cuando empezábamos a comer, por lo bajo porque a los viejos comunistas no les deja el partido tener fe. Estábamos en la tapería Os Larpeiros do Berbés que abrió su hijo Óscar, ahí en San Francisco, 15, invitados por el Larpeiro Mayor, o sea el mismo Benigno Campos. Por la mesa se veía a Gerardo González Martín, a Tomás Alonso (TVG), a Sergio Vidal y al concejal socialista Manel Fernández, sindicalista en los tiempos en que él y Benigno hacían desde el PCE la guerra contra Franco, y que nació en esa misma calle del Berbés, aunque en su niñez le llamaran "subida a la Barroca." Entre Benigno y su hijo Óscar, el chef, nos dieron una comida nada pesada pero de mucho fuste palatial que empezó por un pastel de marisco, un cordero estofado de superior factura y un arroz con leche y chantilly que nos hizo jadear de gusto. El socio de Óscar, el enólogo Roberto Puentes, eligió un blanco hecho por él mismo de Tremoedo-Cambados y un tinto maño de Campo de Borja que fueron una bendición. Y Benigno nos cantó un tango con el café, de autor desconocido. Del Deo Gratias al tango vacilón.

Cris, de la danza al Pilates

Yo conocí a Cristina Cameselle allá por los 80, cuando era una activa galana, una bella mozuela volcada en la danza, que luego tuvo tienda de ropa de ballet en la zona centro. Bueno, la conocí en muchos líos y saraos, antes de su marcha al sur de África. Después de llevar tantos años trabajando en el mundo de la danza, como bailarina, profesora y en los últimos en producción artística, con la compañía de danza del coreógrafo Chevi Muraday, ahora está completamente involucrada en el campo de Pilates, la salud y el movimiento, y por eso ayer inauguramos su Pilates Estudio entre la Alameda y Montero Ríos, en Concepción Arenal, 3. Ahí la tenéis.

Una visita de Goián

Quienes apuesto que no serán sus clientes, porque viven en Tomiño y lo de Pilates le suena a la Roma imperial, son los goaineses José Manuel Villa "Mané" y Juan Peixoto, a los que espero de visita al acabar estas líneas. El primero es capaz de cualquier cosa que tenga que ver con hierro y metales, y el segundo de poneros en casa hasta un olivo egipcio, como buen viverista, pero mueren antes de hacer un ejercicio de Pilates.Les voy a dar la bienvenida.

Y a Gondomar, con María

Y yo tendré que ir a Gondomar a visitar a Manolo Moreira en su catro camiños y a Juanito "el tupa" en el Vitrola. Así aprovecho y me voy al bautizo público de María Sala (sí, la hija de Cholo), que inaugura hoy sus esculturas y cerámicas en la librería-café Libraida (Rosalía Castro, 13).