La OCDE aconseja que en España el despido sea aun más barato para que los empresarios tengan menos prevenciones a la hora de crear empleo fijo. La OCDE considera que hay margen para un mayor ajuste del coste de la indemnización por despido. La OCDE ha juzgado positiva, en general, la reforma laboral -a pesar del millón de empleos destruidos desde su aprobación- pero no mostrará todas sus virtudes hasta que el crecimiento económico sea sostenido. Uno de los efectos más visibles de la reforma laboral es la moderación salarial, dolorosa pero necesaria, según los funcionarios de la Organización, que debe vincularse a la productividad y adaptarse a la evolución de la economía. En esta línea, el informe insiste en que la moderación salarial afecta al nivel de vida de los trabajadores aunque empiezan a constatarse resultados en la reducción de la destrucción de empleo. Los sindicatos impugnaron el informe negando que sus conclusiones correspondan a la realidad al tiempo que la ministra del ramo, Fátima Báñez, defendía una normativa que a su parecer ha salvado miles de empleos.

Debemos recordar, no obstante, que, aprobada por el Gobierno hace dos años, algunos partidos políticos, periódicos y organizaciones sindicales criticaron con denuesto la reforma laboral que después aplicaron sin miramientos para con sus propios empleados. Así es la vida.

En definitiva, cada cual puede opinar lo que quiera o le convenga en función de sus conocimientos e intereses pero hay pocas dudas del impacto que la conflictividad laboral ha tenido -en Grecia, alta, o Irlanda, baja- a la hora de medir la velocidad de escape de la crisis. Cerca de nosotros, en un sector crucial de la economía, el del automóvil, ajustes salariales, flexibilidad laboral y baja conflictividad han sido claves en la recuperación en ciernes. Merced a ello, aunque no solamente, las plantas españolas exportan nueve de cada diez vehículos fabricados y crean empleo, lo cual difícilmente se observa en el conjunto del sector en Europa. Las plantas españolas se encuentran entre las más competitivas, fabricándose en la actualidad 39 modelos de vehículos -34 hace dos años- y serán 45 en el 2015.

Con todo, el debate no queda cerrado y permite el despliegue en abanico de opiniones técnicas, políticas, de barra de bar, fundamentadas o sin ton ni son. Lo que no debe permitirse es que la reforma laboral o el sexo de los ángeles justifiquen el insulto impune formalizado en columna de periódico. Hay insultos que son puras canalladas. Y hay canalladas que no deben quedar impunes. Una, que señalo a continuación, no quedará.

Tengo para mí que hoy día llamarle "fascista" a alguien que defienda ardorosamente la democracia es un bajuno insulto. Si además esa persona la defiende con riesgo de su integridad física el insulto es una canallada que roza el delito. Solo un enfermo mental, un canalla, un terrorista o un columnista gagá en batín, pantuflas y orinal en la mesilla de noche puede llamarle fascista a Arantza Quiroga y quedarse tan pancho como si admirara su propio gargajo en el pañuelo. Pues bien, un artículo publicado no hace mucho en un diario del norte arrancaba así: "Nunhas recentes declaracions, Arantza Quiroga, presidenta do PP do País Vasco, dixo que os custes laborais seguen reducindo a competividade e que a conflitividade laboral se está convertendo nun grave problema nun lastre para o crecemento económico". La pieza periodística, o lo que sea, remata con el siguiente esputo: "Arantza Quiroga é un síntoma máis de que o neoliberalismo é un fascismo".

Arantza Quiroga vive actualmente y continuará escoltada hasta que los terroristas entreguen las armas. Llegado el caso, seguirá bajo protección porque en el País Vasco odian a los defensores de la democracia. Allí solo se quiere "a los nuestros" en aplicación racialista del método de Tachito Somoza (las tres Pes): "A los enemigos Plomo, a los tibios Palo, a los amigos Plata". Hay que tener mucho temple, casta, dignidad y entereza para defender la democracia española en el País Vasco. De consuno, Arantza Quiroga también tiene el arrojo moral, el coraje intelectual, la decencia personal de decir -en una sociedad atenazada de terror por palizas, raptos, asesinatos, coacciones, insultos- lo que otros piensan sin atreverse a manifestarlo. En la ex-Fagor lo saben. Evidentemente, nada de lo anterior le concede patente de corso intelectual. Sin embargo, aunque Arantxa Quiroga se equivocase -junto con los técnicos de la OCDE, los trabajadores del sector del automóvil y tantos otros que han aceptado reducciones salariales para mantener el empleo- es inadmisible que en una sociedad europeizada la traten de "síntoma del fascismo". Fascista tú, que te has enriquecido en una caja de ahorros fundada bajo el franquismo.

En efecto, sépase que el autor del memorable texto no es carpintero, ni soldador, ni minero, ni fontanero, ni marinero, ni trabajador parado, y cabreado, situación que podría constituir un atenuante para el exabrupto. No. El susodicho fue "Asesor Xurídico da Caixa de Aforros". Es decir, un tipo que goza de un retiro dorado y se hizo rico aportando justificaciones a desahucios, embargos y subastas. Como se enteren los del 15M le van a montar un escrache por fascista.

*Economista y matemático