Lo más increíble de "El hormiguero" del pasado lunes es que fue un programa completamente normal. Muchos espectadores disfrutaron con la entrevista a Will Smith & Son, otros con los trucos de magia de Jandro o con el espectáculo visual que montó el Hombre de Negro. Yo, friki hasta para lo que la OMS recomienda no serlo, me reí como un tonto o como un listo asistiendo al fascinante show que supone ver un "Hormiguero" más sabiendo que no estamos viendo un "Hormiguero" más. Jaden Smith & Father andan de promoción de su último blockbuster veraniego -"After Earth"-; la productora no estaba por la labor de traerles hasta España y surgió la posibilidad de que fuera Pablo Motos el que se desplazara hasta Londres. Preparando el viaje, Motos y Jorge Salvador cayeron en la cuenta de que entre los objetos que las compañías aéreas prohíben transportar a los pasajeros estaban cuchillos, explosivos y botellas de vidrio, pero no se especificaba nada sobre platós de televisión o incluso shows televisivos enteros. Así que Pablo y Jorge se miraron diciendo "noooo...", luego callaron un segundo y gritaron a la vez "¡sííííí!": "El hormiguero" de siempre, con todas sus secciones, decorados y doscientas cincuenta personas de público, pero hecho en un salonaco de un hotel de Londres.

En una deliciosa escena de "ET", el extraterrestrito ha de esconderse de la madre de Elliot; para ello finge ser un muñeco mezclándose con los demás muñecos de los hijos. Spielberg rodó el plano de un muñeco que en la película hace de extraterrestre que se hace pasar por un muñeco. Solo era un muñeco, y eso fue lo prodigioso. Como el muñeco cuyo mayor logro es conseguir pasar por un muñeco, "El hormiguero" del lunes consiguió la extraordinaria proeza de parecer «El hormiguero» de un lunes. La abundantísima audiencia disfrutó con un programa rutinario que se convertía en extraordinario por ser rutinario. Lo más normal de "El hormiguero" del pasado lunes es que fue un programa completamente increíble.