Dice avecilla que, por más que hagan novenas y rogativas, el panorama hostelero es desolador. Acongoja. Y en algunas zonas en las que la patronal aguardaba un 65 por ciento de ocupación puede que no llegue ni al 50. Por eso no extraña que en la Xunta hayan empezado ya a llegar avisos acerca de los índices de paro de marzo, porque el empleo estacional previsto para la Semana Santa, que no era mucho, tiende a cero. Y va a hacer aún más cuesta arriba el ya largo y empinado vía crucis de Bea. ¿Eh?

El problema -adicional- es que por más ayudas que se soliciten, no hay un duro para habilitarlas. Y como el método contable que patentó Martita -y que consiste en retrasar el pago de las facturas de un ejercicio para otro- empieza ya a chirriar, peor. Lo que no se sabe es qué dirán ahora, tras publicar FARO que el pufo por impagos en 2012 es de 665 millones, los que presumían de ser autores del llamado milagro gallego y cargaban contra los que dudaron. Uf.

Avecilla, que como recordaréis advirtió varias veces sobre el hecho de que iban de farol quienes juraban que la Xunta pagaba mejor -y antes- que nadie en el mundo mundial, insiste en lo que también dejó escrito: que la situación de las pymes, aquí -y de miles de autónomos- es desesperada a causa del pufazo. Y eso que quienes pierden su trabajo en ese sector, como no tienen derecho a paro, no aparecen en las listas del INEM, lo que facilita que arriba se tiren tanto de la moto. Jo.

Claro que en todas partes cuecen habas. Según Anacleto, hay paladines de la justicia social, abnegados defensores de la clase obrera y blablá, que habitan en diversas tribus de la banda de babor, siguen con la contabilidad a media asta. De ahí que estudien otra tanda de despidos baratos con cargo a la reforma do Pepé contra la que braman en arameo. Pero, a la hora de la verdad, se aplica lo que dicen sus administradores: que predicar en las calles es una cosa, y dar trigo en las nóminas otra muy diferente. ¿Capisci?