Por cierto, fratres: ¿qué sabéis acerca de una presunta conexión entre gente de Máis Galiza que se quiere ir del Benegá y algunos de los que ya se fueron, sobre todo de Esquerda Nacionalista? Avecilla, que lo oyó, todavía no lo tiene muy confirmado, pero no le extrañaría. Y no solo por razones de amistades personales históricas, sino por motivos prácticos. O más bien preventivos: por libre no hay mucho que rascar. Uf.

(El pájaro supo, aunque quizá sea solo uno de esos rumores tóxicos tan propios de los tiempos preelectorales, que hay un trabajo de campo según el cual los nacionalistas cismáticos quedarían fuera del Parlamento, aunque en la provincia de A Coruña el gran Beiras tendría oportunidad si encabeza su lista. Y esos datos son los que hacen dudar a los que sin ellos ya estarían fuera. Uyuyuy.)

Retomando lo de la conexión, a avecilla le dijeron que hubo ya varios contactos informales en la provincia de Lugo, y que en la Tierra de Lemos, en concreto, se trabaja a fondo para hacer lo que los más rojos de la Upegá, con muy mala milk, llaman "la unidad de destino en lo universal". Pero acordaron –si bien solo por cortesía, tenedlo claro– esperar a ver qué dice Carlos al final. Ojo.

¡Ah! Dice Anacleto que quienes están del todo inconsolables son los soeciatas herculinos del ala crítica. O, para ser aún más exactos, los antipachistas, que aparecen divididos a su vez en seis o siete tendencias y recuerdan al coro del patio de Monipodio. Huérfanos de Fran y desconfiados de Mar, dudan ahora en acercarse a JL Méndez que, por otra parte, sabe de qué va la vaina y no dará facilidades aunque le haga falta tropa. ¿Capisci?