Abrir, seguimos abriendo

La crisis se ceba en el pequeño comercio, caen varios cientos cada día en España pero, como contrapartida, hay gente joven llena de voluntad, energía e ilusión que se arriesga y abre locales. Pienso el que abrió hace un mes en Joaquín Yáñez, 5, O lume do carozo, Juan Figueroa, Raquel Suárez y Guille Ogando, una tapería con pinchos diferentes. No muy lejos, en la calle Fermín Penzol, la legendaria Cepa en la que ya comían nuestros padres se acaba de reinaugurar como Picadillo de manos de una buena cocinera, Ángela Domínguez, a la que yo vi de pequeña correteando por Beretta, la que fue tienda de sus padres en María Berdiales. Se ha hecho jovenzuela, tiene ya un currículum hostelero y huye del clasicismo en pinchos. Hay una tercera tapería-restaurante reabierta estos días donde antes estaba La Nata, en Pilar, 10, cerca de los Maristas. Se llama DC, lo abrió Conchi Villar, a quien muchos conocisteis como cocinera en El Corral (Plaza de Compostela) pero empezó realmente en el Puesto Piloto en 1988. A Concha, cuyas tapas y platos van por lo tradicional con cierta renovación, le echa una mano de vez en cuando Manu Maltés, amable vigués al que seguro que habéis pedido alguna copa en alguno de los locales que tuvo en la noche de Vigo. Pero es que en Triunfo, frente al Capitán, donde antes había un negocio esotérico, abre ahora Jon Knörr una vinoteca. Iniciativa, sobra.

Una cena para conspirar

Periódicamente me reúno en una cena triangular en Nigrán con el “molto gostoso” profesor y escritor Fernando Bartolomé, dominatrix de la palabra, experto en el Siglo de Oro y otras menudencias; y con el muy honorable conocedor de armas antiguas José María Peláez Valle, maestro en Metalurgia Histórica, escritor de libros sobre la Guerra de la Independencia en Galicia, tema del que viene de hablar en la Casa de Galicia en Madrid. Ya toca, cenaremos y arreglaremos el mundo en breve. Veremos si Vicente Tato nos recibe en el bar Amanita de Saiáns y nos da “setada” y una infusión alucinógena.

Una moda para poner

¡Ah, María Moreira, cuántos recuerdos con ella en los escenarios del diseño nacional! La diseñadora viguesa, que tras una larga etapa de vida estresada por la moda y en las máximas alturas de la misma vive otra más tranquila, con Gondomar y su hermosa finca familiar en Villaza como base de operaciones, estará mañana por la tarde con su show-room en el hotel América (quedó precioso el hall), junto a la Alameda, en la calle Pablo Morillo, 6. Entre 4 y 9 presentará la colección de Otoño-Invierno acompañada de otras tres de punto tricot, piel y complemento. Palabra de Andrea Moreira, a quien vi crecer.

Una foto para recordar

Jean Rueda, al que tuve el placer de publicar alguna foto en esta sección y al que tenemos también el placer de tener en Vigo con su creatividad tras llegar de Venezuela, nos envía una serie de buenas imágenes fotoperiodísticas que hizo en su tierra natal, donde dice que comenzó su pasión por la fotografía con una vieja Réflex. Veo en su blog 135.fotografía.es otras muy hermosas. Tiene abierta esta sección.